La explicación de cómo los aliados ganaron la guerra radica en el texto homónimo de Richard Overy. El autor británico explica en su obra que los aliados logran la victoria en la Segunda Guerra Mundial por factores más de índole internos relacionados con la industrialización y al rol de la sociedad, que al esfuerzo bélico producido en los diferentes teatros de operaciones durante la contienda.
El texto de Overy se enmarca mayormente en el momento de inflexión de la guerra, ya que hasta 1941, los aliados parecían tener pocas oportunidades contra Alemania, producto de la ocupación de todo el occidente europeo de manera rápida y audaz a raíz de la guerra relámpago o Blitzkrieg. En esta táctica militar se atacaba por vía aérea y luego se ocupaba el territorio mediante la infantería mecánica y el ejército terrestre.
1941: Operación Barbarroja y ataque a Pearl Harbor
El cambio se genera ante el fracaso de la Operación Barbarroja, la cual comienza a favor de Alemania, ocupando repúblicas soviéticas como Bielorrusia o Ucrania, pero no logran su objetivo final que era el de capturar Moscú. En cambio, las tropas comienzan a retroceder paulatinamente y el curso de la guerra cambia totalmente tras la batalla de Stalingrado, siendo la batalla más importante y la más violenta en la historia de la humanidad (dos millones de muertos).
Mientras que en el oeste se genera el retroceso nazi, en el Pacífico se da el ataque japonés al puerto de Pearl Harbor en Hawái el 7 de diciembre de 1941, marcando el ingreso de los Estados Unidos a la guerra. Esta nación no constituía hasta ese momento una potencia militar, sino una potencia industrial, similar al caso de la Unión Soviética, donde al momento de desatarse la Operación Barbarroja, la URSS se encontraba transitando un periodo de industrialización fuerte, pero un desarrollo armamentístico débil, derivando en una serie de tratados con Alemania para lograr la neutralidad en caso de guerra, como fue el caso del Pacto Ribbentrop-Molotov.
Producción estadounidense
La industria alemana y la soviética al momento de estallar la guerra eran muy similares, pero la balanza se inclinó hacia los aliados debido a que contaban con la producción estadounidense, la cual sobrepasaba enormemente a la alemana, que contaba únicamente con el apoyo de Italia y Japón (el primero un país débil y el segundo hacia su guerra por separado, sin injerencia en los asuntos europeos, y sin una coordinación ni ayuda mutua entre los países). Dentro de la política americana, se contaba con una relación entre Roosevelt y los diferentes empresarios pertenecientes a las grandes compañías que se encargaban de recibir las concesiones de guerra del presidente, el cual dedicaba la mitad del PIB a la guerra[1].
Compromiso de los aliados
Por otro lado, también jugó a favor la voluntad de la gente, ya que tanto en EE. UU como en la URSS se tuvo un mayor compromiso y deber con la guerra. Esto se debió a que los americanos no sufrieron daños en su territorio y porque los dos países no experimentaron un periodo de declive (a diferencia de las naciones occidentales los cuales en un primer momento son ocupados, pero ante el declive nazi, las personas vuelven a tener un compromiso mayor con los aliados). En cambio, en Alemania, cuando la guerra comenzó a mostrar complicaciones, salió a la luz las carencias y la corrupción del régimen, conllevando al surgimiento de oposiciones internas entre la cúpula militar, en donde una parte, optó por atentar contra la vida del Führer.[2]
Excesiva confianza de las Potencias del Eje
Otra de las razones del fracaso alemán se debió al Blitzkrieg, ya que en un primer momento fue uno de los factores claves de los nazis para lograr capturar Europa. Sin embargo, al hacerse una campaña muy rápida y efectiva, provocó que los alemanes no vieran los problemas internos, siendo uno de los más grandes el de la seguridad.[3]
En conjunto, también jugó en contra la confianza de Hitler. Se sostenía que la batalla de Stalingrado había agotado las reservas soviéticas y por ende las tropas alemanas no requerirían ningún tipo de organización para una operación de envergadura, derivando que la batalla fuera una trampa mortal para las tropas alemanas. El general Friedrich Paulus fue consciente de este contratiempo, pero por orden de Hitler, que se negaba a ver esto, debe resistir y realizar su mayor esfuerzo, poniendo toda su voluntad en la fuerza aérea alemana (Luftwaffe) y en su ministro del aire, Göring. [4]
El papel de la Unión Soviética
Por el lado soviético, nació la voluntad de vencer producto de los desastres de Stalingrado, derivando que se transforme en un potente estímulo para el esfuerzo bélico. Overy sostiene que la liberación de la ciudad en febrero del 43 no fue lograda únicamente por los soldados, sino también por los ancianos y las mujeres que se encargaban del funcionamiento de las granjas, pese a carecer de tractores y caballos así como por los obreros que trabajaron en condiciones deplorables para suministrar cañones, vehículos de combate y aviones. [5]
Fruto de esto, el sector industrial, el transporte y los recursos crecieron, derivando en una producción mayor a la germana y a la misma producción soviética de antes del 41. La política industrial llevada a cabo por Stalin en la década del 20 también tuvo un rol importante en la victoria soviética, ya que donde se podían construir fábricas, hornos y complejos se podía producir una gran cantidad de productos, desde metal fundido hasta máquinas y artículos acabados.
Por último, esto estaba acompañado por un patriotismo exacerbado, en donde cada taller estaba adornado con pancartas que fomentaban el heroísmo económico y carteles que proclamaban los nombres de los obreros que iban más lejos de lo establecido por las normas laborales. Debido a que el consumo era nulo durante este periodo y no se pregonaba en la cultura estalinista (era visto como un gusto burgués y capitalista), los trabajadores competían entre sí para lograr ser recompensados con alabanzas públicas y medallas. En las fábricas no se incentivaba al trabajador mediante un redito económico, salario o materialismo, sino que el incentivo era el servir a la “madre patria” y obtener un reconocimiento en la sociedad por ello.[6]
Fuentes y referencias:
[1] Uno de los grandes empresarios que reciben las concesiones es Henry Ford, en donde el desarrollo industrial y aporte de la Ford Motor Company durante la guerra fue de igual o mayor medida que el desarrollo de Italia.
[2] El caso más famoso fue el perpetrado por la red de resistencia civil en Alemania denominada como el circulo de Kreisau y el barón von Stauffenberg el 20 de julio de 1944, en el marco de la denominada Operación Valquiria, donde se intenta asesinar a Hitler para lograr negociar la paz y el fin de la guerra.
[3] El código Enigma constituyo el mayor problema de seguridad, donde un grupo de británicos logran decodificar una serie de códigos que permitían saber de antemano las posiciones de ataque de los alemanes.
[4] Richard James Overy. (2011). Guerra profunda: Stalingrado y Kursk. En Por qué ganaron los aliados (99-119). Barcelona: Tusquets.
[5] Richard James Overy. (2011). Guerra profunda: Stalingrado y Kursk. En Por qué ganaron los aliados (141- 143). Barcelona: Tusquets.
[6] Richard James Overy. (2011). Genios para la producción en serie: Economías en guerra. En Por qué ganaron los aliados (247- 255). Barcelona: Tusquets.
Foto de portada de Hipextextual