Los rumores falsos se expanden con mayor rapidez que los rumores ciertos. Las emociones y el comportamiento humano podrían explicar por qué.
La información es esencial para tomar decisiones, tanto a nivel personal como a nivel nacional e internacional. La bolsa cae, las opiniones políticas cambian y nuestro comportamiento varía en función de la información que tenga la gente. Pero, ¿qué pasa cuando esa información es falsa? Lo mismo, se propaga una cascada de acontecimientos que pueden afectar desde la economía y la política hasta nuestra salud.
La era de Internet
En la actualidad es muy fácil mantenerse informado (o engañado). Subir toda clase de contenidos a Internet es sencillo y casi todo el mundo tiene acceso a ellos. Es complicado regular qué se publica y qué no. También es fácil manipular la información para obtener algún beneficio. Además, la línea entre censura y control es muy difusa en muchos casos. Por no hablar de la libertad de expresión, que no acaba de ser comprendida. Por eso es fundamental conocer cómo nos comportamos con respecto a las noticias que leemos o escuchamos.
El término «fake news» (noticia o noticias falsas) se ha vuelto muy popular en los últimos años, no solo para etiquetar noticias engañosas, sino también para descalificar noticias poco convenientes. Esto pone en evidencia la importancia del pensamiento crítico para evaluar la veracidad de la información que recibimos.
Soroush Vosoughi, investigador del Massachusetts Institute of Technology, MIT, y sus colaboradores se preguntaron si la información falsa se propaga de la misma manera que la verificada. Para responder a esta pregunta, analizaron rumores difundidos en Twitter desde 2006 hasta 2017 en EE.UU. Consideraron como rumor cualquier contenido inherentemente social publicado y compartido.
Analizando las cascadas de expansión (el número de veces que un rumor es tuiteado, sin incluir los retuits) observaron que la mayoría de rumores falsos obtienen entre 1 y 1000 cascadas. La mayoría de rumores ciertos, sin embargo, alcanza más de 1000. En otras palabras, un rumor cierto se tuitea más veces que uno falso. Asimismo, los temas más difundidos son los siguientes en este orden: política, leyendas urbanas, negocios, terrorismo y ciencia.
No obstante, la dinámica de difusión entre rumores falsos y ciertos (retweets) demuestra que los primeros llegan más lejos y más rápido. En concreto, la verdad necesita seis veces más de tiempo que la mentira para llegar a 1500 personas.
Otro apunte interesante y aparentemente contradictorio en la investigación es que los principales distribuidores de rumores falsos son perfiles relativamente nuevos, con pocos seguidores y seguidos, con poca actividad en la plataforma y normalmente «no verificados».
¿Por qué es tan fácil difundir rumores falsos?
La novedad estimula el intercambio de información y nos atrae bastante a los seres humanos. Se advirtió que los rumores falsos, en general, contienen información más novedosa que aquellos que son verídicos; esto podría explicar por qué, a pesar de la baja repercusión de las cuentas de Twitter que difunden mentiras, estas se difunden con rapidez.
Otro descubrimiento llamativo es que los rumores ciertos infunden las emociones de anticipación y de tristeza. Por otro lado, los rumores falsos inspiran sorpresa y aversión.
Ahora sabemos la razón por la que se difunden tantos rumores falsos en la red. Nos queda por saber si ocurre lo mismo con las noticias falsas, cuya importancia política es mayor. Las noticias falsas pueden inducir a error, manipular decisiones personales, desprestigiar y tienen consecuencias negativas como, por ejemplo, una mala gestión de los recursos en un momento dado, la aplicación de políticas erróneas o la caída de un político en una campaña de desprestigio infundada.
Bibliografía
Soroush Vosoughi, D. R. (2018). The spread of true and false. Science, 359, 1146–1151.