Agustín Pujol fue un emprendedor y aventurero español muy ligado al pasado reciente de la zona patagónica argentina, que supo conocer el avance poblacional del hombre blanco o “huinca” y la inmigración europea hacia finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Pujol nació en España en 1870, varios lugares disputan este hecho, sin embargo, su apellido hace pensar en un origen catalán pero él era un inmigrante gallego. Como consecuencia del fomento de la inmigración europea por parte del gobierno argentino, en 1883 y con sólo trece años, arriba a la República Argentina, donde se instaló en la zona de Ñorquinco, al sur de la provincia argentina de Río Negro y muy cerca del territorio norte de la provincia de Chubut.
Hacia 1899, siendo aún muy joven, monta en la mencionada localidad, una tienda que funcionaba casi como banco de los ganaderos, contratación de servicios varios, almacén de ramos generales y también como centro de información, desde ese lugar y para agilizar sus negocios e intercambio comercial con las localidades costeras de Chubut, gestiona la construcción de varios puntos de reabastecimiento y descanso en distintos puntos de la meseta chubutense, uno de ellos sería el almacén de ramos generales en Gastre. En poco tiempo, el catalán ya era uno de los más afamados comerciantes de la región. Pocos años más tarde, en 1904, y con la provincia de Chubut bajo el mandato del gobernador Julio B. Lezana, traslada su residencia a la ciudad de Puerto Madryn. Un año más tarde, oficializa a través de una nota de “permiso de ocupación”, un contacto más directo con la zona de Gastre, punto estratégico e intermedio en la ruta comercial que unía las localidades cordilleranas con la costa chubutense. Eran más de 700 km, no había caminos, solamente precarios senderos y huellas, esto obligaba a hacer el transporte en primer término a lomo de mula o a caballo y posteriormente en tropas de carretas, chatas y otros carros de tracción a sangre. Tal situación generó, la necesidad de crear un sitio de refresco y reabastecimiento para hombres, ganado y los caballos que terminaban exhaustos, recorriendo sin descanso la extensa y árida pampa chubutense. La creación de este “oasis patagónico”, lograría que los convoyes pudieran distenderse y refrescarse a mitad de camino en su larga travesía por la inhóspita meseta.
Pujol, conocía prácticamente todos los territorios, los pequeños puestillos comerciales intermedios y las distancias que separaban a cada una de las pequeñas localidades. Su ya consolidada posición en lo comercial, le permitía estar informado sobre los aconteceres diarios del campo, enterarse de las mejores tierras disponibles, de los posibles negocios que éstas ofrecían, y de las necesidades del interior, todo ello gracias a los comentarios y relatos de viajeros y colegas comerciantes que arribaban a su local en la provincia de Río Negro. También se proveía de información llegada a sus emprendimientos en la costa noreste del chubut, en lo que hoy se denomina VIRCH. Hacia 1904 se radica definitivamente en Puerto Madryn, donde construye su primera vivienda en lo que hoy es la intersección de las calles 25 de Mayo e Hipólito Yrigoyen, más tarde, hacia 1915, iniciaría la construcción del “Castillo”, hoy conocido como el “Chalet Pujol”, en estos años también extiende sus negocios a la zona de Trelew, allí, el 11 de septiembre de 1906, adquiere una edificación de diez habitaciones y un pequeño salón de adobe en unos terrenos pertenecientes al Sr. Ángel Descalzo, que convierte en hotel. Hacia 1910 Pujol apremiado por las cuestiones comerciales en Gastre y otros emprendimientos, delega la concesión de éste en varias oportunidades, finalmente en 1926 este edificio pasará a llamarse “Hotel Touring Club”, que en la actualidad se ha constituido en un emblema y referente histórico de la ciudad de Trelew.
Observando esta metodología comercial de emplazar comercios de distintos ramos en zonas estratégicas, Pujol se percató de que el intercambio comercial, aún dentro del inhóspito y misterioso interior patagónico chubutense, lo podrían hacer aún más rico. Para ello, proyectó hacer todo el intercambio con una tropa, la cual se conformaba generalmente por carros de cuatro y hasta dos ruedas. Esta técnica comercial, rápidamente determinó que su fortuna aumentara aún más. Con el tiempo organizó y dirigió varios convoyes que surcaron la meseta infinidad de veces; existe una fotografía de época de una de estas tropas denominada “La Pujolina”, tomada hacia el año 1918 mientras efectuaba el recorrido entre las pequeñas localidades chubutenses de Gan Gan y Gastre. Este camino surcado tantas veces por sus tropas, es quizá lo que hoy se conoce con el nombre de ruta provincial número 4, probablemente la misma fuera trazada siguiendo la huella que dejaron Pujol y otros comerciantes.
Estos emprendimientos, su personalidad y las variadas actividades que desarrolló, sumadas a una particular visión, lo convirtieron en el más destacado comerciante patagónico del período. Quizás sin saberlo, Pujol estaba realizando una inconsciente labor comunitaria abriendo caminos entre Ñorquinco y otras localidades, que por aquel entonces, hubieran quedado incomunicadas o aisladas, como Telsen, Colelache, Cerro Alegre, etc.
A principios de siglo, decidido a llevar adelante sus objetivos comerciales, encaró, junto a un arquitecto italiano de apellido Bozzone, y la sociedad de los hermanos uruguayos Moré & Cía, con José Pedro y Alfredo a la cabeza, quienes conocían, y en el caso de Alfredo vivían en el lugar, la construcción de un almacén, varios galpones de acopio y otras instalaciones. Bozzone, entonces comienza la construcción del local comercial y simultáneamente la del hotel, donde habitaban eventualmente Pujol y otros trabajadores, así nace la localidad de Gastre, primeramente, como punto comercial, para luego convertirse con el correr de los años en comuna rural, asentamiento ganadero, localidad minera y cabecera del departamento del mismo nombre.
La continuidad de los negocios.
Su éxito en Ñorquinco, Trelew y la meseta, se proyectaba ahora hacia la ciudad de Puerto Madryn, muy pronto estos emprendimientos comerciales lo llevaron a adquirir sus propias tropas de carros y carretas, las que facilitaron y agilizaron las actividades de intercambio. Se transformó también en un próspero ganadero; había comenzado como arrendatario del gobierno y luego pudo comprar definitivamente las tierras, aprovechó los tiempos en que los precios de exportación de la lana habían registrado un alza importante y que el territorio chubutense era una zona franca libre de impuestos aduaneros; progresivamente, tomó gente a su cargo, la explotación ganadera de lanares fue encargada a Miguel Norzagaray, quien administraría los corrales, galpones y las barracas, a la vez que organizaría y controlaría la esquila y la entrada de salida de ovinos de cada una de las etapas de producción.
Durante la época de zafra lanera, la localidad era visitada por varios estancieros de la zona que arreaban su ganado hasta los corrales de Pujol, allí la esquiladora y la balanza hacían su trabajo, luego los crianceros retornaban con el pago por la venta de su materia prima. El otro costado comercial propiedad de Pujol, el de almacén de ramos generales, quedó a cargo de Alfredo Moré, quien regenteaba las compras y ventas del almacén y a la vez gestionaba el edificio de hospedaje y el pequeño bar que se encontraban frente al almacén, en una estructura construida con piedra y adobe. Agustín Pujol, durante este período, intercaló su residencia entre Gastre y la localidad de Puerto Madryn, es en esta última localidad donde en 1908, contrae matrimonio con Ana Howell Jones (Anita), quien también es parte y consecuencia de la política inmigratoria gubernamental, Anita, al igual que otros muchos habitantes de Madryn de la época, era descendiente de colonos galeses llegados años antes en el velero “Mimosa” y afincados en la zona, el matrimonio no tuvo hijos. El español a partir de estos hechos, se convierte en un hombre de mucha influencia en la localidad costera, su incursión en el campo político lo hace llegar a la presidencia del Honorable Concejo Municipal y la intendencia entre 1916 y 1917, durante su gestión alcanza a llevar a cabo importantes obras, se demostró muy comprometido con las cuestiones comunitarias, realizó los primeros trámites para construir el Hospital Regional, mandó construir el canal de desagües que benefició a toda la población, y bajo su mandato también dio inicio la perforación de pozos surtidores de agua, además se realizó la alineación del cementerio local y se niveló el pueblo, el cual hasta entonces se encontraba en una situación de descuadre y desorganización propia de los pueblos recientemente establecidos de la época.
Pasadas las dos primeras décadas del siglo XX sus viajes a Gastre se volvieron menos frecuentes. Hacia 1923 el precio de exportación lanar había descendido considerablemente y esto empujó a Pujol a dejar sus actividades en manos de encargados y capataces, es así que destina el futuro de sus negocios a su socio Moré, y por otro lado suma a Pablo de Norzagaray, un nuevo asociado que estaba en Gastre desde el 2 de mayo de 1920, suplantando así al hermano de este último, Miguel Norzagaray, quien pasó a regentear otras propiedades de Pujol aledañas a los galpones y la estancia “Amancay” en cercanías de la localidad cordillerana de Esquel.
En Madryn, a Don Agustín, lo esperaban otros asuntos nuevamente relacionados al ámbito político y social, se establece definitivamente en la ciudad portuaria, en el “castillo” de su propiedad, que había terminado de construir alrededor de 1917. Los periódicos de la época reflejaron sus incursiones comerciales pioneras en la región, y en varias ocasiones, fue protagonista de artículos y menciones periodísticas, un ejemplo muy claro de esto resulta ser la publicación aparecida en el suplemento ilustrado Golfo Nuevo, de 1924, allí, en su apartado de “Hombres Notables”, titulada “La epopeya del progreso”, se menciona lo siguiente:
“Durante muchos años el Señor Pujol con un espíritu de clarividencia por excelencia práctico, aunó voluntades entre los pocos, poquísimos pobladores de este entonces y se abrieron caminos de comunicación entre Telsen, Gastre y Puerto Madryn, iniciando una corriente comercial desde las alejadas cordilleras con este puerto, corriente que si otros pobladores desviaron hoy por San Antonio, el Señor Pujol mantiene aún confiado siempre en la visión de grandeza que para Madryn vislumbrara allá en sus lejanas mocedades. En ese entonces el transporte de frutos se hacía a lomo de mula, o en su defecto, equinos chúcaros en su mayoría, utilizándose para la remisión de las lanas […] Luego fue reemplazado este primitivo sistema por carros de bueyes en caravana o tropas, lento proceso de locomoción que aún hoy se utiliza en todos los territorios adonde la locomotora no se logró introducir”.
El Chalet Pujol y su destino final
Agustín Pujol falleció hacia 1927 o 1930, a partir de allí su esposa Ana toma la decisión de residir en forma permanente en la ciudad de Buenos Aires. De esta forma las propiedades madrynenses de Pujol quedan desocupadas durante un tiempo. La primera casa que Pujol construyó en la ciudad de Puerto Madryn estaba ubicada en la actual calle 25 de Mayo esquina Hipólito Yrigoyen, en esos días la ciudad portuaria era un pequeño poblado formado por los galpones del ferrocarril, una subprefectura, la casa de Derbes -reconocido poblador de la zona- y unas doce o catorce casas.
En 1915 el comerciante inició la construcción del chalet. Lo hizo sobre una colina alta conocida actualmente como “La loma”, de inmediato los vecinos lo llamaron “El Castillo”, desde esa posición se puede, aún hoy, ver los barcos y cruceros que ingresan al golfo. En los años de Pujol, esta vista privilegiada le permitía realizar los aprestos con tiempo necesario para recibir la mercadería y la tripulación, según cuentan los que vivían por aquel entonces en la pequeña localidad, luego de la muerte del comerciante, la casa quedó como en las películas, tal cual como estaba en el momento de su fallecimiento, la cama tendida, un auto de marca Ford en el garage y el resto de la casa impecable.
El fallecimiento de Pujol determinó que la residencia quedara totalmente vacía, ya que su viuda mandó retirar todo el mobiliario de la misma y lo trasladó a la estancia «Amancay«, ubicada en cercanías de la localidad de Esquel, posteriormente, dejó encargado el edificio a una variedad de administradores. Aproximadamente once años después, uno de estos decide comenzar a alquilar cada planta de la casa a diferentes familias. Esta situación se dio aproximadamente hasta 1955, luego el castillo quedó casi abandonado. Hacia el año 1968 un diputado provincial, comenzó a contactar a los herederos a los efectos de lograr la donación del edificio para la concreción de un Museo de Ciencias Naturales y Oceanográfico, es entonces cuando los descendientes de Anita deciden donar el edificio a la Provincia de Chubut. Hecho el acuerdo y luego de algunas reformas, el día 22 de febrero de 1972 la casa abre nuevamente sus puertas, pero esta vez como una importante muestra natural, en principio la exhibición estaba completamente dedicada a la biología, allí se exponían la flora y fauna de la zona, durante los siguientes treinta años se dieron algunos cambios y se fueron agregando algunas especies exóticas. Para el año 2004, el Gobierno del Chubut, decidió iniciar su restauración y refacción con el objetivo de preservar y conservar las colecciones, además de rescatar el valor patrimonial del edificio histórico, luego de esta restauración que demandó aproximadamente un año, nació el emblemático museo madrynense de “El Hombre y el Mar”.
Hoy el “Chalet Pujol” presenta un bellísimo estilo neoclásico, los materiales utilizados en su construcción fueron traídos desde en su mayoría de Europa. El diseño de los tornapuntas, que unen el techo con el muro, presentan detalles muy particulares, posee una escalera interna de gran belleza arquitectónica, sus escalones son de piedra maciza tallada a mano y están empotrados a la pared de la torre formando un helicoide ascendente, remata en su punto más alto con un mirador, punto culminante de la visita al Museo. Este ofrece una bellísima vista de la ciudad de Puerto Madryn y el Golfo Nuevo; la visión desde la colina le permitía a Pujol observar parte del golfo y ver de manera anticipada la llegada al puerto de los buques que arribaban trayendo sus productos, este lugar es actualmente, una opción más dentro del amplio abanico de atractivos turísticos y culturales que ofrece Puerto Madryn.
Agustín Pujol: ¿aventurero, soñador, visionario? tal vez todos juntos, es simplemente la historia de un hombre común que con cada paso supo dejar huella distinguida, quizás sin saberlo preparó el terreno para el desarrollo de miles de personas, de otras tantas ciudades y localidades, un avezado comerciante que desde sus lejanos orígenes en España, alcanzó un lugar preponderante en la historia patagónica argentina y que aún hoy, hace resonar su nombre en cada espacio de la meseta y el valle chubutense.
Bibliografía
-El Chalet Pujol: www.madryn.org: https://madryn.org/patrimonio-arquitectonico/
-Casamiquela, Rodolfo M: Toponimia indígena del Chubut. Edición del autor. 2000
-Gavirati, Marcelo, Casamiquela, Rodolfo y Otros, (Compilación). Cuadernos de historia patagónica. Publicación Nº 1, Centro de estudios históricos y sociales Puerto Madryn. Puerto Madryn, Chubut, 2004
-Perez, Liliana Elizabeth y Lo Presti, Pablo, (Compiladores) Conquistadores, Aborígenes, Campesinos, Artistas e Ideólogos – Cinco ensayos sobre historias de Patagonia. Fondo Editorial Provincial, Secretaría de Cultura del Chubut. Rawson, Chubut, Argentina, 2009.
Vocabulario:
Hunch o Winka: es un término proveniente de la lengua mapuche, en referencia a las personas de raza blanca, específicamente, a los primeros españoles del siglo XVI que arribaron a estas tierras. La denominación luego se extendió a todo hombre blanco.
Permiso de ocupación: formalismo administrativo que a fines del siglo XIX y principios del XX, permitía a quien lo requiriera, solicitar una porción de «suelo fiscal». Para obtener el permiso correspondiente era necesario probar que uno ocupaba realmente el terreno solicitado y era más comprobable si contaba con alguna edificación o alambrado en el lugar. Regularmente se aprobaban sin constatar estas obras.
Tropa: Conjunto de carros y carretas que surcaban la árida Patagonia llevando productos y materias primas para su comercio e intercambio.
Chata: especie de pequeña carreta tirada por caballos o mulas.
VIRCH: entiéndase Valle inferior del río Chubut.
Chúcaro: del quechua «chucru», duro, arisco, bravío. Díctese principalmente del ganado vacuno y del caballar y mular que no ha sido domesticado o domado.
Antes de que te vayas…