Mesopotamia, la «tierra entre dos ríos», fue la cuna de civilizaciones que sentaron las bases de lo que hoy entendemos por civilización. Entre las culturas sumerias, asirias, acadias y babilonias que dominaron la región, el Imperio Acadio (aproximadamente 2334-2218 a.C.) se erige como una fuerza revolucionaria. No fue un reino más; fue la primera entidad política multinacional en la historia del mundo, estableciendo un modelo de gobierno centralizado y a gran escala.
Antes de la irrupción acadia, el sur de Mesopotamia estaba dominado por ciudades-estado sumerias en constante conflicto, como Ur y Lagash. En este escenario, emergió Lugalzagesi, rey de Umma, quien logró una unificación efímera de Sumer, extendiendo su dominio hasta la costa mediterránea. Sin embargo, su autoridad era más laxa, similar a una confederación. Fue en este contexto de fragmentación y unificación incipiente donde Sargón de Acad, un líder semita del norte de Mesopotamia, irrumpió con fuerza. Reinando desde aproximadamente 2334 hasta 2279 a.C., Sargón es célebre por fundar o restaurar la ciudad de Acad y, lo más importante, por crear el primer imperio del mundo. Su estrategia comenzó con la subordinación de las ciudades del norte, expandiéndose luego hacia el sur donde se enfrentó a Lugalzagesi.
Guion de Javier Rubio Donzé