A finales de 1386, tuvo lugar en Francia uno de los últimos duelos a muerte entre los caballeros Jacques Le Gris y Jean de Carrouges. El motivo fue la violación que había infligido Jacques Le Gris a Marguerite de Thibouville, esposa de Jean de Carrouges, durante la ausencia de este. Con el fin de aclarar este espinoso asunto, el rey Carlos VI de Francia autorizó un juicio por combate entre los dos antiguos compañeros de armas para que fuera Dios quien decidiera el justo vencedor.
Contexto histórico: Guerra de los Cien Años
Durante la segunda mitad del siglo XIV, Francia e Inglaterra se hallaban inmersas en la cruenta Guerra de los Cien Años (1337-1453). Es en este contexto donde los valientes escuderos Jacques Le Gris y Jean de Carrouges pelearon en diversas campañas contra Inglaterra en Normandía en nombre de Robert d’Alençon. Como consecuencia de sufrir tantos desafíos juntos, ambos hombres trabaron una gran amistad. A principios de la década de 1370, Carrouges se casó con Jeanne de Tilly, hija del señor de Chambois, cuya dote incluía dominios de su familia. Poco después Jeanne dio a luz un hijo, cuyo padrino no fue otro que el íntimo amigo de Carrouges, Jacques Le Gris. No obstante, todo empezó a cambiar con la llegada de Pierre d’Alençon al heredar el condado de Perche tras la muerte de su hermano Robert en 1377.
Tanto Le Gris como Carrouges juraron lealtad al conde en su corte de Argentan. De orígenes humildes pero habiendo sido educado dentro de las órdenes eclesiásticas, Le Gris aprovechó sus amplios conocimientos de matemáticas para poner orden en las cuentas del conde Pierre d’Alençon y así poder ganarse su confianza. Gracias a sus estudios y su buen hacer, Le Gris pronto se convirtió en el favorito en la corte de Pierre, despertando los recelos de Carrouges. Además, debido a su altivez y a su físico agraciado, Le Gris tenía cierta fama de mujeriego causando sensación entre las damas de la corte. Por otro lado, el desafortunado Carrouges sufrió una grave tragedia al morir su esposa y su hijo por causas naturales. Después de este revés, Carrouges se embarcó en diversas campañas militares bajo el mando de Jean de Vienne con gran éxito.
A su regreso en 1380, Carrouges se volvió a casar, esta vez con Marguerite, única hija de Robert de Thibouville. Este señor normando no estaba exento de controversia, pues había traicionado al rey francés en varias ocasiones. El prometedor matrimonio permitía a Thibouville restituir el honor familiar a la vez que Carrouges se aseguraba un futuro heredero de la bella Marguerite. Por otro lado, dentro de la dote aportada por Marguerite estaba incluido el coto de caza de Aunou-le-Faucon. No obstante, este dominio ya había sido adquirido por su ahora rival Jacques Le Gris. Ello se debía a que el conde Pierre había comprado este dominio a Robert de Thibouville, aquejado de graves deudas, otorgándoselo a Le Gris por sus servicios prestados. En 1381, Le Gris y Carrouges se enfrentaron por la posesión de las disputadas tierras de Aunou-le-Faucon dando comienzo a un polémico litigio. El conde Pierre se vio obligado a visitar a su primo Carlos VI de Francia para confirmar oficialmente la compra de las tierras. Este hecho provocó la caída en desgracia de Carrouges en la corte de Argentan.
Pero aquí no habían acabado los enfrentamientos entre Le Gris y Carrouges. Dos años después de la agria disputa por el dominio de Aunou-le-Faucon, Carrouges se volvió a enfrentar a la corte de Pierre d’Alençon por la administración de las tierras que habían pertenecido a su padre y por la capitanía del castillo de Bellême. Jean de Carrouges creyó ingenuamente que estaba en su legítimo derecho acceder a la capitanía tras la muerte de su padre, pero cual fue su sorpresa y decepción cuando descubrió que esta plaza ya había sido ocupada por Le Gris. Esto se debió a la antigua demanda fallida que lo había hecho enemistarse con Pierre d’Alençon. Carrouges enfureció enormemente llevando a cabo acciones legales contra su señor y acusando a Le Gris de utilizar sus malas artes para envenenar la mente del conde. Después de fracasar nuevamente, se produjo la separación definitiva entre Carrouges y la corte del conde Pierre.
Sin embargo, en 1384 Carrouges volvió a tener presencia en la corte cuando asistió a una fiesta para celebrar el nacimiento del hijo de Jean Crespin. Estando otra vez reunidos Le Gris y Carrouges, ambos decidieron hacer las paces. Fue en esta ocasión cuando Carrouges le presentó por primera vez a su esposa Marguerite. Debido a su extraordinaria belleza y elegante porte, Le Gris quedó prendado de la dama. Meses después de este emotivo encuentro, Carrouges se embarcó a Escocia para luchar contra el rey inglés junto a los escoceses. No obstante, esta campaña resultó en una auténtica carnicería para los franceses aunque Carrouges ganó el título de caballero por la valentía mostrada en combate. A su regreso en Francia, todavía convaleciente de la campaña escocesa, Carrouges marchó a París en enero de 1386 para cobrar unos salarios atrasados. Antes de llegar a su destino, Carrouges visitó a Pierre en presencia de Le Gris, aunque se desconoce de que hablaron. Su esposa Marguerite quedó bajo el cuidado de su suegra y sus criados en el castillo de Campomesnil. Pero justo durante el tiempo en el que Carrouges estuvo ausente, ocurrió un hecho de terribles consecuencias que impactaría de lleno sobre todo el reino.
Juicio por violación y combate a muerte
En el día 18 de enero de 1386, según el testimonio de Maguerite de Carrouges un escudero de nombre Adam Louvel solicitó la entrada en el castillo de Campomesnil. Todos los criados se hallaban en ese momento atendiendo a la Dama Nicole de Carrouges, madre de Jean, quien había viajado a la localidad de Saint-Pierre-sur-Dives para atender unos asuntos, por lo que Marguerite estaba indefensa. Marguerite no sabía que Louvel estaba acompañado por Le Gris. Justo cuando la bella dama dejó a Louvel pasar dentro del castillo, apareció Le Gris proclamando su amor por ella y ofreciéndole una suma de dinero a cambio de mantener relaciones sexuales con él y permanecer en silencio. Ante la negativa reiterada de Marguerite pues quería permanecer fiel a su esposo, Le Gris consumó la violación con la ayuda de su escudero. Una vez cometido el brutal crimen, Le Gris amenazó de muerte a Marguerite si se le ocurría hablar sobre lo sucedido.
Cuando Jean de Carrouges regresó de París a los pocos días, su esposa Marguerite decidió revelarle lo que había sucedido durante su ausencia. Visiblemente contrariado, Carrouges convocó a familiares y amigos cercanos para que todos tuviesen conocimiento del terrible acto cometido por Le Gris. Alentado por los suyos, fue entonces cuando Jean de Carrouges recurrió a la corte de Pierre d’Alençon para hacer justicia por la horrible afrenta hecha a su esposa. Pero ante la firme protección que ejerció el conde sobre su vasallo durante el juicio, Carrouges decidió invocar ante el mismo rey el antiguo derecho de un caballero a un juicio por combate, ya bastante en desuso por aquella época. Ante el devenir de los acontecimientos, Le Gris recurrió al mejor abogado de su tiempo, Jean Le Coq. En presencia del Parlamento de París, Carrouges empleó el tradicional gesto de arrojar su guante al suelo, retando de esta manera a Le Gris. A pesar de que Le Gris podía haber recurrido a la justicia eclesiástica (más laxa) al ser clérigo de órdenes menores, quiso defender su honor y aceptó el duelo recogiendo el guante de su oponente.
Es de destacar que en el caso de que Jean de Carrouges perdiera el combate contra Le Gris, además de enfrentarse a la muerte de su marido, Marguerite sería ejecutada en la hoguera por haber emitido perjurio. Esto se debía a la creencia de que Dios solamente otorgaría la victoria a quien estuviera en posesión de la verdad. Marguerite sabía de la posibilidad de este horrible destino, sin embargo se mantuvo firme y siguió defendiendo la culpabilidad de Le Gris a pesar de las dudas esgrimidas por algunos de los jueces. Ni siquiera el avanzado estado de gestación de Marguerite era prueba suficiente de la violación, pues se pensaba que este podía haber sido obra del propio marido con el objetivo de difamar a su antiguo amigo. Además, en caso de salir victorioso Le Gris reclamaba una cantidad de 40.000 libras por haber sido dañada su reputación. Tras una larga deliberación, el parlamento de París determinó su veredicto: los dos hombres se batirían en un duelo a muerte. Justo antes del combate, Le Gris fue nombrado caballero para que ambos estuvieran en igualdad de condiciones.
Finalmente, el 29 de diciembre de 1386 Jean de Carrouges y Jacques Le Gris se vieron las caras en un duelo mortal en la abadía Saint-Martin-des-Champs, a las afueras de París, con el rey como testigo junto con una numerosa muchedumbre atraída por el inusual acontecimiento. Aunque pueda parecer ilógico en la mentalidad de nuestros tiempos, esta era una manera de proceder en la época para ciertos casos judiciales en los que resultaba difícil demostrar la inocencia o culpabilidad del acusado, aunque esta práctica ya casi había desaparecido. Para el combate disponían de las siguientes armas: una lanza, una espada larga, un hacha de batalla y una daga corta apodada ‘misericordia’. Primero los contendientes se enzarzaron armados con lanzas al galope de sus caballos. Posteriormente, tras la muerte de los caballos por los golpes recibidos, Carrouges y Le Gris entablaron un violento cuerpo a cuerpo.
Existen diferentes versiones acerca del combate final entre los dos caballeros. Unas fuentes afirman que Jean de Carrouges atravesó a su oponente con la espada. Otras en cambio sostienen que Le Gris fue desarmado y obligado por Carrouges a reconocer su culpabilidad. Sin embargo, Le Gris defendió su inocencia hasta el último momento. Según esta última versión, Carrouges asestó entonces el golpe de gracia usando la daga ‘de la misericordia’. Dios había hablado ante el expectante público. Después de su gloriosa victoria contra su antiguo amigo, la suerte para Carrouges cambió drásticamente convirtiéndose en miembro de la corte real de pleno derecho y posteriormente acompañó al rey en varias campañas militares exitosas. Finalmente Jean de Carrouges murió en la cruzada contra los otomanos durante la batalla de Nicópolis en 1396. Su esposa Marguerite le sobrevivió.
Legado
El caso entre Jacques Le Gris y Jean de Carrouges se ha convertido en toda una leyenda cultural en Francia. El que fuera uno de los últimos juicios por combate autorizado por los reyes de Francia y el Parlamento de París, ha sido objeto de debate entre historiadores y juristas, llegando incluso a ser estudiado por Diderot y Voltaire. El cronista contemporáneo Jean Froissart no dudó en culpabilizar a Le Gris de sus crueles actos, si bien otros autores tuvieron diferentes versiones. Un descendiente de Le Gris llamado F. White Le Grix nacido en el siglo XIX, trató de defender a su ancestro de las acusaciones vertidas. Aun así el propio abogado de Le Gris en la época de los hechos, Jean Le Coq, siempre mantuvo sospechosas sobre la inocencia de su cliente.
Más recientemente en la década de 2000, juristas franceses consideraron a Le Gris culpable del delito de violación basándose en las pruebas y el testimonio de Marguerite, aunque nunca pudieron demostrarlo de forma concluyente. El crítico literario y especialista en literatura medieval, Eric Jager, publicó su ensayo The last Duel: A True Story of Trial by Combat in Medieval France basado en esta apasionante historia. Posteriormente, en el año 2021 se estrenó un largometraje inspirado en esta obra dirigido por Ridley Scott e interpretado respectivamente por Adam Driver en el papel de Jacques Le Gris, Matt Damon en el de Jean de Carrouges y Jodie Comer como Marguerite de Thibouville.
Bibliografía:
Abel G. M. (2021). ‘Jean de Carrouges contra Jacques Le Gris´, el último juicio por combate de Francia’. Historia National Geographic. https://historia.nationalgeographic.com.es/a/jean-carrouges-contra-jacques-le-gris-ultimo-juicio-por-combate-francia_17343
Barreira D. (2021). ‘La violación que provocó el juicio por combate más mediático de la Edad Media’. El español. https://www.elespanol.com/cultura/historia/20210115/violacion-provoco-juicio-combate-mediatico-edad-media/551195546_0.html
Jager E. (2004). The last Duel: A True Story of Trial by Combat in Medieval France. Century.
Rodríguez V. J. (2021). ‘El juicio que se decidió en duelo’. La opinión de Málaga. https://www.laopiniondemalaga.es/libros/2021/05/29/juicio-decidio-duelo-52389467.html
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