Tan solo cuarenta y seis años después del descubrimiento de América, cuando “aún olía a pólvora y todavía se trataba de limpiar las armas y herrar los caballos” (Fray Francisco Vásquez dixit), el imperio Español fundó la primera universidad del Nuevo Mundo. Era el 28 de octubre de 1538. El centro universitario de Santo Tomás de Aquino, en Santo Domingo, se convirtió así en la primera de las casi treinta universidades que los españoles fundaron en América.
La Monarquía Hispánica creó hasta el siglo XIX, entre veinticinco y treinta universidades (según acotemos la fecha) y dieciséis colegios mayores, además de incontables escuelas, como la de San Pedro de Gante que llegó a tener mil alumnos. Ningún imperio puede compararse al español en cuanto a número de universidades fundadas durante su dominio. Portugal no creó ninguna universidad en su época colonial en Brasil, al igual que el Imperio belga en el Congo. Hubo que esperar al siglo XX para que Holanda fundara la primera universidad en una colonia suya. “Hay que sumar la totalidad de las universidades creadas por Bélgica, Inglaterra, Alemania, Francia e Italia en la expansión colonial de los siglos XIX y XX para acercarse a la cifra de las universidades hispanoamericanas durante la época imperial española», asegura Elvira Roca Barea, colaboradora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
El Imperio británico fundó la universidad de Harvard en América del Norte en 1636, ochenta y cinco años después de la fundación de las dos grandes universidades españolas en el Nuevo Mundo: la Real Pontificia de México y la de San Marcos en Lima (Perú) en 1551.
En el siglo XVI se fundaron siete universidades, en el siglo XVII otras trece, y ocho más en el siglo XVIII. España fue durante trescientos años, “el agente más poderoso para transferir plantas, animales e instituciones europeas al Nuevo Mundo”, asegura el catedrático de Estudios Latinoamericanos J.Tate Lanning, quien añade que una característica de la universidad americana de la época fue “su contacto íntimo con la sociedad y su intenso interés en el bien del Estado”.
A imagen y semejanza de Alcalá y Salamanca
Como señala J.Tate Lanning, si la Universidad de París fue el modelo para el Viejo Mundo, las universidades de Alcalá de Henares y Salamanca lo fueron para el Nuevo. Las instituciones educativas creadas en América por la Monarquía Española, se colocaron al nivel de las españolas y se organizaron según el modelo de las dos universidades españolas de mayor prestigio de la época. La Universidad de Salamanca se asentaba sobre las bases de Bolonia, definida como ‘universidad de estudiantes’, mientras que la de Alcalá de Henares, creada por el Cardenal Cisneros, seguía su concepción de ‘convento-universidad’, modelo elegido por las órdenes religiosas para la fundación de sus centros educativos.
Al igual que las peninsulares, las universidades del Nuevo Mundo se clasificaron en generales y en particulares, o lo que viene a ser lo mismo, en estatales y particulares, públicas o privadas. Las generales estaban sometidas a la autoridad real y su modelo fue la Universidad de Salamanca, mientras que las particulares dependían de las órdenes religiosas: dominicos, franciscanos y jesuitas, y su referente fue la universidad alcalaína. A pesar de que lo privilegios y enseñanzas de las universidades pertenecientes a las órdenes religiosas estaban más limitados que las universidades generales, su número fue mayor sobre todo en el siglo XVI.
Cada universidad era autorizada para impartir estudios por Real Cédula o Bula Pontificia, o por ambos en el caso de que fueran a la vez ‘Reales y Pontificias’, como eran la mayoría de las universidades en el Nuevo Mundo. En demasiadas ocasiones la Bula Pontificia precedió a la Real Cédula, sobre todo cuando la universidad era fundada por una orden religiosa. Este hecho ha provocado que los historiadores no se pongan de acuerdo en establecer cuál es la primera universidad creada por los españoles en el Nuevo Mundo. La universidad de Santo Tomás de Aquino no gozó de autorización real hasta 1558, a pesar de sí contar con Bula Papal desde su creación en 1538. Situación que ha provocado cierta controversia sobre quién tiene el honor de ostentar el título de primera universidad de América Latina, que para muchos es la Universidad Real Pontificia de San Marcos en Lima (Perú) creada en 1551.
Los universitarios del Nuevo Mundo
“Donde iban los sacerdotes se establecía una escuela para los indígenas o un colegio para los eclesiásticos” (J.Tate Lanning), y algunos de éstos colegios se convirtieron en universidades para su instrucción. A las universidades creadas en el Nuevo Mundo acudían también funcionarios de la administración, hijos de peninsulares, criollos e indios cuyo estatus social, en la mayoría de los casos, era alto. “La universidad colonial fue señorial y clasista” apunta Carlos Tünnermann Berhneim, ex secretario general del Consejo Superior Universitario Centroamericano. Sin embargo, el deseo de los reyes de la Monarquía Hispánica fue abrir las aulas universitarias a todos los habitantes de su Imperio, aunque éstas no se llenaran, pero tengamos en cuenta que tampoco lo hicieron las universidades europeas de la época.
¿Y qué se estudiaba en las universidades? En líneas generales y traducido a la actualidad, Derecho (Canónico y Civil), Teología, Medicina, Artes y Filosofía, sin olvidar las cátedras de lenguas indígenas. El conocimiento de éstas lenguas era obligatorio para ejercer la enseñanza sobre todo para los religiosos, que como los jesuitas, tenían prohibido ejercer la profesión si no sabían alguna lengua de indios. Pero también en las universidades se cursaban los grados de Bachiller, Licenciado, Doctor y Maestro. Hasta la independencia de las colonias americanas, 150.000 licenciados salieron de las universidades españolas en América.
Los centros universitarios creados por los españoles en América sirvieron como trasvase cultural entre Europa y el Nuevo Mundo. Más de treinta mil libros entraron en México a finales del siglo XVI. El estudio universitario de las ciencias, las artes industriales y las bellas artes “colocó a Nueva España y al Perú en un alto lugar entre los pueblos cultos del mundo”. Alumnos que pasaron por las universidades fundadas por los españoles en América fueron considerados autoridades internacionales en su materia. Profesores de prestigio dieron clase en sus aulas. Las universidades europeas no eran mejores que las americanas. Si la Universidad de París, Bolonia y Salamanca fueron un referente para Europa, las universidades de Lima y México lo fueron, y lo son hoy en día para América. Y esto, no se nos puede olvidar, aunque algunas cosas de España se nos olviden.
Estas son las universidades fundadas por España en el Nuevo Mundo. Dígame cuántas fundó Portugal y Holanda en el mismo periodo 1492-1825. O Inglaterra. pic.twitter.com/Rx4a4pYsqi
— Pablo Victoria (@PabloVictoriaW) 14 de noviembre de 2018
Bibliografía
Algunas cosas que se olvidan de España. Juan José R. Calaza. Faro de Vigo 18/08/2013
Historia de la Universidad en América Latina. Carlos Tünnermann. www.enriquebolanos.org
Las universidades coloniales de Hispano-América en el desarrollo cultural y político del Nuevo Mundo. J.Tate lanning. www.unc.edu.ar
María Elvira Roca Barea (2018). Imperiofobia y Leyenda Negra. María Elvira Roca Barea. Editorial Siruela.