Vasco Núñez de Balboa, agallas de conquistador

¿Que quién era Vasco Núñez de Balboa? Aguarden vuesas mercedes, mis queridos lectores, que con muy mejor gusto yo lo narraré para el goce de vuestras ánimas por tinta, letra y referencia de un servidor y algunos de los más grandes cronistas de Indias.

Alto y dispuesto de cuerpo, y de buenos miembros y fuerzas y gentil gesto de hombre muy entendido, para sufrir muchos trabajos, así describía fray Bartolomé de las Casas al descubridor del océano Pacífico, la Mar del Sur que un tal Vasco Núñez de Balboa puso a disposición de Fernando el Católico.

Natural de Jerez de los Caballeros, villa muy hermosa de mi querida Extremadura natal, se conoce que Núñez de Balboa era hidalgo y de sangre limpia, que se diría en la época, algo estudiado y mejor practicado en el arte de las armas. Pasó su adolescencia y parte de su juventud en Moguer (Huelva) como paje y escudero de Pedro Portocarrero. Fue en la villa onubense donde Vasco Núñez vivió, participó y se ilusionó con los preparativos, partidas y regresos de los primeros viajes de Colón. Para el año 1500, cuando él contaba con unos 25 años, decidió, animado por su señor, enrolarse en la expedición de Rodrigo de Bastidas, con la que exploraría en 1501 la costa caribeña que abarca desde el este de Panamá hasta el Cabo de Vela (Colombia).

De este Vasco Núñez de Balboa decía el dominico Bartolomé de las Casas que era:

Bien alto y dispuesto de cuerpo, y de buenos miembros y fuerzas y gentil gesto de hombre muy entendido, para sufrir muchos trabajos.

Bartolomé de las Casas, «Historia de las Indias». Volumen III.

A la conclusión de esta empresa, Balboa decidió afincarse en La Española, donde el gobernador Nicolás de Ovando le concedió unos terrenos que el de Jerez de los Caballeros dedicaría a una explotación porcina. Sin embargo, aquella aventura no fue lo próspera que Núñez de Balboa esperaba; al contrario de algunos de sus vecinos que terminaron harto ricos, Balboa se endeudó de sobre manera, tanto que, acorde con las leyes del momento, se le prohibió salir de la isla hasta haber saldado el adeudo a sus acreedores.

Tan penosas condiciones llevaron a Núñez de Balboa a embarcarse como polizón en la expedición de auxilio a Alonso de Ojeda llevada a cabo por Fernández de Enciso -bajo el cargo de alcalde mayor de San Sebastián de Urabá- en Tierra Firme (1509). Balboa permanecerá escondido en un tonel de la despensa merced a la complicidad del cocinero de la nave, consigo no llevaba más cosa que su espada, la ropa puesta y su perro Leoncico, hijo de Becerrico, el perro de guerra de Juan Ponce de León. El can fue el delator y Enciso no tardó en advertir la presencia de Núñez de Balboa, pero lejos de ajusticiarlo como correspondiera a un polizón, advirtió que podía ser más que útil para auxiliar a los de Alonso de Ojeda. Éste, gravemente herido, había abandonado el fuerte y dejado al cargo de su defensa a un tal Francisco Pizarro, quien había demostrado sobradamente sus capacidades para hacer frente a los indios. Ante la inoperancia de Enciso y la determinación de Núñez de Balboa para trasladar el asentamiento y fundar la nueva villa de Santa María la Antigua del Darién, los pobladores españoles decidieron nombrar alcalde a Balboa y destituir a Enciso.

Gonzalo Fernández de Oviedo relata que:

Por su industria tenía ya muchos amigos, [pues] si un hombre se le cansaba y adoleçia en cualquier jornada quél se hallaba, no le desamparaba; antes si era necesario yba con una ballesta á le buscar un pájaro ó ave, y se lo mataba y se lo traia; é lo curaba como a su hijo ó hermano suyo, é lo esforzaba y animaba.

Gonzalo Fernández de Oviedo, «Historia General y Natural de las Indias».

Lo mismo sucedió en 1511 cuando Diego de Nicuesa, gobernador de Veragua, trató de reclamar para sí Santa María la Antigua, solo que en esta ocasión Balboa le prohibió llegar hasta la villa y le obligó a volver a La Española en un “navío” condenado al naufragio, quedando así Vasco Núñez de Balboa como nuevo gobernador de Veragua, cargo que ratificarían el Virrey Diego Colón y la Corona.

Fernández de Oviedo aseguraba que todo esto lo pudo Vasco Núñez por ser sagaz y de valerosa persona [con] los pensamientos endereçados a señorío. Y este mismo espíritu será el que lo empuje a cruzar el istmo de Panamá en busca del famoso paso y descubrir la mar del Sur (océano Pacífico) en el año 1513 a la vez que dejaba por el camino sendas y robustas alianzas cristianizadas con los naturales del lugar, llegando a amancebarse con la hija del cacique Careta. En este viaje Balboa llegó a tener noticia por vez primera de la existencia del Imperio Inca.

Por estas hazañas Fernández de Oviedo ensalzaba al extremeño diciendo que:

Tuvo valerosa persona y era para mucho más que otros […] Este servicio deste descubrimiento de la mar del Sur, a solo Vasco Núñez se debe este trofeo […] Y de aquella escuela de Vasco Núñez salieron señalados hombres y capitanes.

Gonzalo Fernández de Oviedo, «Historia General y Natural de las Indias».

Su tormento, que no recompensa, llegó en el año 1514 en el pellejo de un tal Pedrarias de Ávila quien se suponía habría de sustituirlo en la gobernación. A pesar de un primer buen acercamiento y trato cordial entre Vasco Núñez y Pedrarias -que culminó en el matrimonio por poderes del primero con la hija del segundo-, el nuevo gobernador creyó ver conspiraciones donde no las había y condenó a tortura y muerte al muy esmerado Núñez de Balboa.

Cuentan las crónicas que camino del patíbulo el pregonero voceaba: Ésta es la justicia que el Rey y su teniente Pedro Arias de Ávila mandan hacer contra este hombre por traidor y usurpador de los territorios de la Corona. A lo que Núñez de Balboa respondió con rabia y orgullo: ¡Mentira, mentira! Nunca halló cabida en mí semejante crimen; he servido al Rey como leal, sin pensar sino en acrecentar sus dominios. Vasco Núñez de Balboa fue decapitado y descuartizado ante la estupefacción de los habitantes de Acla. Tenía 44 años. Se desconoce el destino de sus restos.

Quede para la posteridad, por encima de su trágico destino, el homenaje que le hizo su buen amigo Bartolomé de Hurtado a modo de retrato descriptivo: Este hombre, se llama Vasco Núñez de Balboa, por otro nombre el Esgrimidor, pues sabe manejar la espada como nadie […] su bravura es solo comparable con la de su perro Leoncico, este animalico que le lame ahora las botas […] él solo es capaz con su amo, de hacer más estragos que todo un regimiento de soldados aguerridos.

Bibliografía:

  • Kathleen Romoli, «El hombre Vasco Núñez de Balboa».
  • Juan Friede, «Vasco Núñez de Balboa y el descubrimiento del océano Pacífico».
  • Gilberto Castillo y Luis Palacios, «Vasco Núñez de Balboa, de la grandeza al olvido».
  • Gonzalo Fernández de Oviedo, «Historia General y Natural de las Indias».
  • Bartolomé de las Casas, «Historia de las Indias». Volumen III.
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