Se suele considerar el extenso reinado de Victoria I (1837-1901) como el período cumbre de la historia del Imperio británico, también conocido como “época victoriana”. El enlace matrimonial con su primo, el príncipe alemán Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha, trascendió lo meramente institucional. Su prematura muerte en 1861 dejó a la reina Victoria sumida en un profundo pesar, guardando un riguroso luto que se prolongaría durante casi 40 largos años.
Inicios de Victoria
Hija de la princesa Victoria de Sajonia-Coburgo-Saalfeld y del príncipe Eduardo, duque de Kent y de Strathearn (quinto hijo del rey Jorge III), la futura reina Victoria nació el 24 de mayo de 1819 en el palacio de Kensington (Londres) con el nombre de Alejandrina Victoria. En el momento de su nacimiento, Victoria aún se hallaba lejos de la línea de sucesión. No obstante, se convirtió en heredera al trono británico tras la muerte sin descendencia de sus tíos paternos Federico, duque de York (1827) y los reyes Jorge IV (1820-1830) y Guillermo IV (1830-1837), así como la de su padre (1820).
En su más tierna infancia, Victoria estuvo bajo la influencia de su madre, quien era muy controladora. Durante esta época, se mantuvo alrededor de ella un estricto protocolo, el sistema Kensington, que no fue precisamente del gusto de Victoria. Dada su posición dentro de la familia real británica, se le debía procurar un marido. En 1836, su tío materno Leopoldo I de Bélgica, empezó a concebir planes para casar a la joven Victoria con su sobrino Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha. A la futura reina británica le agradaba mucho la compañía de Alberto, describiéndolo como un hombre atractivo y de buen carácter.
El 24 de mayo de 1837 Victoria alcanzó los 18 años de edad, por lo que se descartó una regencia ejercida por parte de su madre. El 20 de junio de ese mismo año, Guillermo IV falleció sin hijos vivos. Este hecho convirtió a Victoria en la monarca del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda (1837-1901) inaugurando el segundo reinado más longevo en la historia de este país, solo superado por su tataranieta la reina Isabel II. Su ceremonia de coronación tuvo lugar el 28 de junio de 1838. Eran los inicios de la llamada “época victoriana”, un período caracterizado por profundos cambios políticos, económicos, sociales y de gran expansión del Imperio británico por todo el mundo.
Matrimonio con Alberto de Sajonia
Ya instalada en el trono británico, la reina Victoria se casó con Alberto el 10 de febrero de 1840 en la capilla real del palacio de St. James en Londres. Se dice que la joven pareja estaba profundamente enamorada. Desde entonces, el apuesto Alberto se convirtió en uno de sus principales consejeros, quedando la madre de Victoria relegada a un papel secundario, siendo incluso obligada a abandonar los aposentos reales. De esta unión nacieron nuevos hijos: Victoria (1840-1901), el futuro rey Eduardo VII (1841-1910), Alicia (1843-1878), Alfredo (1844-1900), Elena (1846-1923), Luisa (1848-1939), Arturo (1850-1942), Leopoldo (1853-1884) y Beatriz (1857-1944).
Algunos de sus vástagos enlazaron con otras familiares europeas, como la alemana, la española o la rusa. Pero este hecho tuvo otra inesperada consecuencia, ya que se transmitió la enfermedad de la hemofilia a sus lejanos descendientes varones, como el caso del zarévich Alekséi Románov o del heredero al trono español Alfonso de Borbón y Battenberg. Por otro lado, durante esta etapa de su reinado, ocurrió la gran hambruna irlandesa (1845-1849) que ocasionó la muerte de un millón de personas y la emigración de otro millón hacia Estados Unidos y otras partes del mundo. Este hecho marcaría profundamente el devenir de Irlanda como nación, entonces parte del Reino Unido.
Uno de los proyectos donde más participó Alberto, fue durante la Exposición Universal de 1851 celebrada en Londres. Una década después, el 16 de marzo de 1861 falleció la madre de Victoria. A pesar de la complicada relación que mantuvo con ella, la reina quedó devastada. Pero tan solo unos meses después, otra muerte más trágica aconteció en el seno de la familia real británica. El príncipe consorte del Reino Unido, Alberto de Sajonia, se despidió de este mundo el 14 de diciembre de 1861, a causa de unas fiebres tifoideas. El prematuro fallecimiento del marido y consejero de la reina, dejó a Victoria profundamente marcada hasta su muerte. Desde entonces, mantuvo un luto solemne y decidió utilizar el color negro en su vestimenta. Nunca volvió a casarse, a pesar de contar solo con 42 años.
Vida posterior y homenajes a Alberto de Sajonia
Tras la muerte de Alberto, todavía restarían muchos años hasta el fallecimiento de la propia reina Victoria el 22 de enero de 1901, a la edad de 81 años. La duración de su reinado (63 años y 216 días) dejó muchos acontecimientos para la historia. Uno de los eventos más importantes que aconteció durante este período, fue la proclamación de Victoria como emperatriz de la India en 1877, título honorífico de los reyes británicos hasta su abolición oficial en 1948, un año después de la independencia de este país. Por otro lado, entre 1884 y 1885 tuvo lugar la controvertida Conferencia de Berlín, donde Reino Unido se aseguró su control sobre buena parte del continente africano. Más tarde, en 1887 se celebró el jubileo de oro de Victoria al cumplir 50 años en el trono británico. Y todavía tuvo tiempo más que suficiente para asistir a su jubileo de diamante en 1897.
Victoria nunca se olvidó de su amado Alberto. En la actualidad, existen muchos homenajes a su difunto marido. Entre otros, se halla el Victoria and Albert Museum de Arte y Diseño, inaugurado en 1852 en Londres bajo el nombre de South Kensington Museum y posteriormente rebautizado con su denominación actual en 1899 en honor a la emblemática pareja británica. También encontramos el Royal Albert Hall, inaugurado en 1871 y considerado uno de los teatros más importantes del mundo. Muy cerca de esta construcción se halla el Albert Memorial, un templete de estilo neogótico que alberga una imponente estatua del príncipe mirando hacia el sur. Fuera de Reino Unido, existe una ciudad llamada Prince Albert situada en la provincia canadiense de Saskatchewan. Además, en África existen los llamados lago Victoria y lago Alberto, nombrados así en honor a la reina y su marido.
La reina Victoria y su esposo Alberto dejaron tras su fallecimiento un gran legado entre las casas reales europeas, ya que tuvieron una descendencia muy numerosa. De sus 9 hijos, nacieron 42 nietos. Algunos se casarían con otros monarcas y miembros de la realeza. Por esta razón, entre sus descendientes encontramos a la reina Isabel II del Reino Unido y su marido Felipe, duque de Edimburgo, al rey Harald V de Noruega, al rey Carlos XVI Gustavo de Suecia, al rey Juan Carlos I de España y su esposa Sofía de Grecia o a la reina Margarita II de Dinamarca. Como curiosidad, uno de los nietos de Victoria, el futuro Jorge V de Reino Unido (1910-1936) fue el primer monarca de la casa de Windsor en el año 1917, ya que el anterior nombre de la familia real británica, Sajonia-Coburgo-Gotha, era demasiado alemán y Reino Unido se hallaba inmerso en la Primera Guerra Mundial contra Alemania y sus aliados.
Bibliografía
-Canny, Nicholas (1998). The Origins of Empire, The Oxford History of the British Empire. Vol I. Oxford University Press.
-Enciclopedia Británica: https://www.britannica.com/event/Great-Famine-Irish-history
-González, G. (2008). De súbditos a iguales. MuyHistoria.