Cuando la perra Laika se hizo famosa por realizar la primera órbita completa a la Tierra, hacía más de una década que los animales estaban siendo utilizados para la exploración espacial.
Científicos rusos y estadounidenses utilizaron animales durante mucho tiempo para probar los límites de su capacidad y de la supervivencia en el espacio profundo.
Os presentamos en esta lista algunos de los muchos animales que viajaron al espacio.
1. Moscas de la fruta
El 20 de Febrero de 1947, EEUU lanzó un cohete V2 alemán procedente de un botín de guerra, hacia el espacio exterior en un vuelo suborbital. El cohete albergaba un grupo de moscas del vinagre o de la fruta junto a unas semillas de maíz. Su objetivo era investigar acerca de los posibles efectos adversos de estos viajes y, especialmente, el efecto de la radiación a gran altitud. El cohete alcanzó los 109 km de altura y las moscas volvieron vivas a la tierra.
La razón por la que se escogió a estos insectos fue porque, genéticamente, tienen mucho en común con el Homo Sapiens: alrededor de un 75% de los genes causantes de enfermedades en seres humanos, tienen análogos en el código genético de la mosca de la fruta.
Se convirtieron, así, en los primeros seres enviados al espacio exterior.
2. Primates
En 1948 y 1949 la NASA envió varios monos al espacio exterior con el nombre de Albert. El primero de ellos, Albert I, fue mandado en 1948 en un vuelo suborbital y murió cuando el cohete V2 en el que viajaba falló antes de alcanzar su máxima altitud. En 1949 se envió a Albert II, Albert III y Albert IV. Albert II llegó a una altitud de 134 km, pero murió en el impacto cuando falló el paracaídas. Albert III y Albert IV también murieron cuando sus cohetes fallaron.
No fue hasta septiembre de 1951 que no se consiguió enviar un primate al espacio que volviese vivo a la tierra. El protagonista de este viaje fue el mono Yorick (Albert VI). Sin embargo, murió dos días después de regresar a la tierra. Y tras ellos, una treintena de primates han sido enviados al espacio; desde macacos rhesus, monos cynomolgus, monos ardilla, macacos de cola de cerdo e, incluso, chimpancés. El mono Rhesus Able y el mono ardilla Baker (28 de mayo de 1959) se convirtieron en los primeros primates en regresar con éxito a la Tierra y sobrevivir después del vuelo espacial. Le siguió un mono rhesus de nombre Sam, el cual voló a bordo de la nave Little Joe 2 como parte del programa Mercury el 4 de diciembre de 1959.
El chimpancé Han fue uno de los más famosos: el 31 de enero de 1961 voló en una cápsula Mercury, sobrevivió al vuelo suborbital y allanó el camino al astronauta Alan Shepard. Ham fue el primer homínido en volar al espacio exterior.
3. Ratones
También se han enviado ratones al espacio. El ratón Albert V, lanzado el 31 de agosto de 1950 alcanzó una altitud total de 137 kilómetros, pero murió cuando el cohete se desintegró debido a un fallo del paracaídas. Varios ratones fueron lanzados posteriormente durante la década de 1950, algunos de ellos acompañando a los primates.
4. Perros
A partir de los años 50, el Gobierno soviético realizó una serie de pruebas con perros en vuelos suborbitales. Con ellos querían probar la tecnología de la cápsula, el suministro de oxígeno y los efectos de la radiación.
Así, el 15 de agosto de 1951, los perros Dezik y Tsygan fueron lanzados a espacio y se convirtieron en los primeros perros en realizar un vuelo suborbital. Ambos sobrevivieron sin heridas tras viajar a una altitud máxima de 110 km en misiles R-1. Así, la gran mayoría de los perros utilizados por los soviéticos en estas pruebas sobrevivieron al experimento, no obstante, algunos murieron, como Dezik y Lisa, lanzados en septiembre de 1951 cuyo paracaídas no se pudo desplegar; Lisa2 y Bulba, que fueron lanzados en febrero de 1955 y cuya fase de recuperación falló; o Rzyhaya y Dzhoyna, que en 1957 murieron a causa de la descompresión de la cabina.
Pero la primera órbita completa de la Tierra la realizó Laika, un pequeño perro mestizo, que en realidad se llamaba Kudryavka y que fue recogido en una calle de Moscú. Fue entrenada rápidamente para ser lanzada al espacio el 3 de noviembre de 1957, a bordo del Sputnik 2 soviético. Laika murió cinco horas después del lanzamiento.
A destacar son, también, los perros espaciales rusos Veterok y Ugolyok. La Unión Soviética los lanzó el 22 de Febrero de 1966 a bordo del Kosmos 110, con el propósito de evaluar los efectos prolongados de los cinturones de Van Allen en un viaje espacial. Al final, orbitaron un tiempo récord de 22 días. Aterrizaron de forma segura el 16 de marzo de 1966. Su récord fue solo superado por los humanos en junio de 1974 en el vuelo del Skylab 2.
5. Conejos
Basando sus experimentos en la investigación biomédica estadounidense, el diseñador de cohetes soviético Sergei Korolev, su experto biomédico Vladimir Yazdovsky y un pequeño equipo utilizaron ratones, ratas y conejos en los ’50 como pasajeros de ida para sus pruebas iniciales.
Además, el 2 de julio de 1959, un lanzamiento soviético llevó a dos perros, Otvazhnaya y Shezhinka y al conejo Marfusha, al espacio. Marfusha fue lanzado en un vuelo de prueba a gran altitud el 2 de julio de 1959, a bordo de un cohete R2-A. Los tres animales sobrevivieron.
6. Gatos
El 18 de octubre de 1963, científicos franceses lanzaron al primer gato al espacio exterior. El animal se llamaba Félicette y tenía electrodos implantados en su piel que permitían la transmisión y monitorización de sus constantes neurológicas. La gata alcanzó una altitud de 160 km y aterrizó de forma segura tras un vuelo de apenas 15 minutos.
Un segundo felino ascendió el 24 de octubre de 1963, pero murió en el impacto.
7. Tortugas
En abril de 1968 se enviaron tortugas al espacio, pero el lanzamiento falló. Fue el 14 de septiembre de ese mismo año cuando unas tortugas precedieron al ser humano en su contacto con la Luna, cuando la Unión Soviética lanzó en el Zond 5 dos tortugas rusas alrededor de la Luna. Con ellas iban, también, gusanos de la harina, moscas del vino y bacterias. Las tortugas estuvieron en el espacio durante seis días y medio mientras la cápsula completaba su círculo de la Luna. Sobrevivieron y aterrizaron en el Océano Índico el 21 de septiembre, aunque habían perdido el 10% de su peso corporal.
8. Osos de agua
En septiembre de 2007 los científicos afirmaron que los tardígrados, pequeños invertebrados microscópicos también conocidos como “osos de agua”, podían sobrevivir en el vacío, en temperaturas extremas y en presencia de la radiación ultravioleta del espacio exterior y la radiación cósmica. E, incluso, especímenes mandados al espacio en 2008 pudieron reproducirse a pesar de las radiaciones y la deshidratación.
9. Ranas
Han sido varias las ocasiones en las que las ranas se han lanzado al espacio exterior. En septiembre de 1959 la Fuerza Aérea de los EEUU lanzó dos ranas en uno de sus primeros misiles balísticos de medio alcance, pero éste se destruyó durante el lanzamiento. Así, en Marzo de 1961 la Unión Soviética mandó por primera vez ranas en un vuelo suborbital.
Otro ejemplo lo encontramos el 9 de noviembre de 1970 cuando, para entender el proceso motriz degenerativo que causa la ingravidez y cómo las ranas lo experimentaban, así como la adaptabilidad del otolito a ésta, dos ranas toro fueron enviadas al espacio, desafortunadamente con billete solo de ida, en el satélite orbital Frog Otolith.
En los ’90 EE. UU continuó la tradición de llevar ranas al espacio. Los astronautas del Space Shuttle program llevaron ranas en sus viajes, así como camarones de salmuera, tritones, moscas de la fruta, grillos, ratones, ratas, caracoles, carpa, medaka, pez sapo, erizos de mar, pez espada, huevos de polilla gitana, huevos de insecto palo, huevos de codorniz, y medusas.
10. Peces
Los peces mummichog son una de las especies eurihalinas más resistentes que existen. Pueden sobrevivir en condiciones muy variables y superar hábitats que matarían a otros peces. En 1973 se convirtieron en los primeros peces del espacio. Viajaron a bordo del Skylab 3, en compañía de arañas y ratones enanos, y se adaptaron a su nuevo entorno, aprendiendo, incluso, a nadar en gravedad cero. Sin el apoyo de la gravedad que estimulase sus oídos internos, los mummichogs se basaban en la luz artificial para decidir qué dirección tomaban. Usando la lógica de los peces, esto es razonable, pues el sol nunca brilla desde el fondo del océano.
11. Gallipatos
El primer gallipato partió rumbo al espacio exterior dentro del programa Bion de la URSS en la década de los 80. Así, en los años 90, continuando con este programa, estos animales se embarcaron varias veces en viajes al espacio.
La nave espacial no tripulada Foton-M2 también llevó gallipatos al espacio en el año 2005. Fue lanzada el 31 de mayo desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajstán.
Los gallipatos son muy utilizados en estudios de microgravedad, puesto que muestran una capacidad acrecentada de regeneración en sus fases juveniles.
12. Arañas
Después del aterrizaje lunar del Apolo 11, el papel de los animales se limitó al estado de «carga biológica», aunque todavía se usaban en pruebas que trataban los efectos a largo plazo para la salud en el espacio. Una excepción fue uno de los últimos vuelos de Apollo, Skylab 3, que se lanzó el 28 de julio de 1973. A bordo se encontraban Anita y Arabella, dos arañas comunes de la Cruz. El experimento del Skylab fue un proyecto estudiantil. Judith Miles, de Lexington, Massachusetts, quería saber si las arañas podían tejer telarañas en casi ingravidez. Ambas arañas mostraron signos de deshidratación y murieron durante la misión.
Más tarde, a raíz de un experimento de la Nasa organizado en colaboración con YouTube en 2011, se ofreció la oportunidad a estudiantes de todo el mundo de presentar una idea al programa Space Lab para la ISS. Amr Mohamed, de Alejandría, que por aquel entonces tenía 18 años, propuso enviar una araña saltadora para estudiar su adaptabilidad y técnicas de caza en un entorno de microgravedad. Así, finalmente, en Julio de 2012, se envió a Nefertiti, la araña que pasó 100 días en la Estación Espacial Internacional, y fue apodada como la «arañanauta». Nefertiti se adaptó a la microgravedad y orbitó la Tierra 1,580 veces viajando a 67 millones de kilómetros. Además, consiguió volver viva a la Tierra.