El Gran Misterio de la Atlántida

El mito de la Atlántida recorre la historia de la cultura, la genealogía y los orígenes de algunas naciones y es un tema recurrente en la descripción de cataclismos naturales. Nunca dejará de causarnos fascinación. El relato sobre una civilización perdida que simboliza las virtudes e ideales humanos y el misterio de su realidad y ubicación, constituyen elementos de enorme atractivo para la especulación sobre lo sucedido.

Recreación de la Atlántida. Ilustración de Rocío Espín Piñar.

“pero en los tiempos que siguieron a éstos, grandes temblores de tierra dieron lugar a inundaciones; y en un solo día, en una sola fatal noche, la tierra se tragó a todos vuestros guerreros, la isla Atlántida desapareció entre las aguas, y por esta razón hoy no se puede aún recorrer ni explorar este mar, porque se opone a su navegación un insuperable obstáculo, una cantidad de fango, que la isla ha depositado en el momento de hundirse en el abismo”.

Timeo. Platón

Conformación del mito

El mito de la Atlántida nace en el relato que Platón hace sobre esta isla en los diálogos Timeo y Critias. Con anterioridad a los textos mencionados no existen testimonios ni referencias sobre esta cuestión. Asimismo, hay que tener presente que todas las alusiones al mito se hacen siempre en relación al mito platónico. Según José María Pérez Martel, en la Antigüedad el tema de la Atlántica no fue tratado, aseverado ni analizado en profundidad, aun siendo el Timeo un diálogo extensamente comentado e interpretado por los estudiosos y hermeneutas de la filosofía de los siglos ulteriores. Teniendo en cuenta la influencia de Platón y la relevancia de los hechos narrados -como el triunfo de Atenas sobre el imperio atlante- es revelador que no haya historiadores, filósofos o comentaristas que se hayan ocupado de los supuestos hechos, más allá de pequeñas opiniones secundarias relacionadas al texto de Platón. Esto parece que se debe a que tal relato fue estimado como hechos no constatados e incluso fabulados, orientados a la claridad expositiva de temas intelectuales. Este tipo de recurso es habitual en los diálogos platónicos, destacando ejemplos como el mito de la caverna que, aun con características distintas, es una ficción presentada por su rendimiento explicativo. En esta línea lo interpretan figuras como Aristóteles (según cuenta Estrabón), Orígenes o Porfirio.

Lo sucedido en la Atlántida se comenta en el Timeo por parte de Critias al principio del diálogo a colación de las reflexiones de Sócrates sobre el estado ideal del sistema político. En este texto, en un primer momento Critias narra la historia de la Atlántida para responder al tema de la organización social que Sócrates había puesto en discusión. Critias explica a Hermócrates, Timeo y Sócrates que Critias el Viejo (su abuelo) le contó que, a su vez, había oído de Solón (un legislador de Atenas) la historia, la cual Solón la conoció a través de unos sacerdotes de Egipto según lo que figuraba en sus libro sagrados. Esta genealogía pretende conferirle verosimilitud a lo narrado. Hay que mencionar que también Plutarco en Vida de Solón explica que Solón estuvo dispuesto a escribir la historia de la Atlántida, pero no pudo llevarla a cabo por las circunstancias.

En un segundo momento del Timeo, el personaje Critias expone que la isla Atlántida se encontraba delante de las columnas de Heracles, en el Atlántico. Además, afirma que dicha isla superaba en tamaño a Asia y Libia juntas (no conocemos las proporciones exactas que Platón estimaba sobre estos territorios, pero se supone que sería el tamaño del norte de África y Asia menor). A esto añade que se trataba de un imperio cuyo dominio abarcaba hasta los territorios limítrofes con Libia, y por otro lado, hasta el centro de Italia (Tirrenia). Asimismo, asegura que hubo una guerra entre los atenienses y los atlantes, debido a la pretensión de conquista por parte del imperio atlante. Atenas sería el único pueblo que lo enfrentó con éxito y, tras la derrota, la isla y sus ejércitos desaparecieron en el transcurso de un día por motivo de catastróficos seísmos.

En el diálogo Critias (que es una continuación del Timeo), el personaje homónimo recupera la palabra tras el discurso del erudito Timeo sobre cosmogonía y trata de llevar el discurso hacia temas mortales. En esta ocasión se describe al sistema político ateniense -el de la Atenas que in illo tempore se enfrentó victoriosa a los atlantes- como la forma ideal de gobierno, en la que la aristocracia, o el gobierno de los mejores, regía y se sobrepuso a la monarquía del imperio enemigo. Este diálogo inconcluso, el Critias, es un texto breve en el que se detallan las características sociales, políticas y militares de la Atlántida, en comparación y pugna (representada por la guerra) con el orden social ateniense.

Geográficamente se describe a la Atlántida como un territorio de gran riqueza natural, en el que la isla central estaba rodeada por anillos concéntricos de tierra y agua alternamente: tres círculos de mar y dos de tierra. Es característico el oricalco, un supuesto metal que brillaba y era apreciado por los atlantes.

Algunos autores importantes (que no todos) en abordar el tema son los neoplatónicos Proclo (s.V) y Calcidio (s.IV), que tradujo al latín y comentó el Timeo. Estas fuentes influyeron en la Edad Media, pero no causó gran interés la polémica sobre la posible existencia de la isla. Es en el año 1485 cuando Marsilio Fisino aseguró la veracidad de la historia de la Atlántida a raíz de su traducción del Critias. Las consideraciones de este humanista de Florencia determinó la recepción del mito en la posterioridad. En el siglo XVI, Sebastián Fox Morcillo comenta y recopila las interpretaciones del Timeo, por lo que recoge también la aseveración de Marsilio Fisino.

El mito cobra fuerza con los cronistas de las Indias que declaran que América, territorio nuevo para el imaginario europeo, son los restos de la isla perdida. Personalidades como Fray Bartolomé de las Casas o Francisco López de Gómora explican el surgimiento de la población del continente americano remitiéndose a la Atlántida. Posteriormente, en 1627 Francis Bacon asegura en La Nueva Atlántida que la Atlántida platónica era una sociedad de eruditos ubicada al Oeste de Perú, en la cual se hablaba latín, griego y hebreo. Finalmente, el interés por la existencia de la Atlántida y su localización se incrementó en el siglo XVIII y se desarrolló en el XIX, especialmente en el Romanticismo.

Lecturas del mito

El mito de la Atlántida se suele interpretar de tres maneras principalmente (lo cual no quiere decir que no pueda haber otras): como alegoría para una exégesis intelectual sobre temas teórico-filosóficos, como el vestigio narrativo-legendario de sucesos históricos tales como una catástrofe natural o acontecimientos políticos de importancia, y como una reivindicación legendaria de la Atlántida en el origen nacional como elemento legitimador de la identidad política.

Según la interpretación del primer tipo, la cual consideramos como la más plausible, se trata de un relato ficticio destinado a una exégesis filosófico-política. La isla representaría ideales sociales proyectados en un orden político idílico. En tal caso, esto supondría un antecedente claro de la literatura utópica en la construcción de una geografía imaginaria. Se trataría, por tanto, de un tiempo histórico imaginario para acceder a la idealidad de la Justicia. El mito dota de contenido experiencial a la Idea platónica, y permite transitar de la contingencia histórica a la Justicia. Distintos ideales de órdenes políticos se comparan en este relato, saliendo triunfante la proporción y la templanza atenienses frente a la exuberancia del alma monárquica atlante. Conforme a lo estudiado por Tomás Morales Caturla, el poder de esa Atenas antigua mítica se encuentra regido por la razón cristalizada por individuos excelentes en armonía interna que gobiernan de modo colectivo. Es el gobierno de los excelentes (aristocracia) y de la universalidad de la razón equilibrada frente al militarismo imperialista de la particularidad de los reyes atlantes.

En cuanto al segundo tipo de interpretaciones, cabe resaltar que se fundamentan en las palabras de Critias (en el Timeo) según las cuales: “pero en los tiempos que siguieron a éstos, grandes temblores de tierra dieron lugar a inundaciones; y en un solo día, en una sola fatal noche, la tierra se tragó a todos vuestros guerreros, la isla Atlántida desapareció entre las aguas, y por esta razón hoy no se puede aún recorrer ni explorar este mar, porque se opone a su navegación un insuperable obstáculo, una cantidad de fango, que la isla ha depositado en el momento de hundirse en el abismo”. Esto ha llevado a especulaciones de todo tipo siempre que se encuentran restos arqueológicos y geológicos que tengan cierto parecido a lo descrito en los textos.

Destrucción de la Atlántida. Ilustración de Rocío Espín Piñar.

Destacamos algunas posibles ubicaciones que se han relacionado con la Atlántida:

    • Una hipótesis con mucha fuerza y gran verosimilitud es la que tiene que ver con la erupción minoica y la isla de Thera. Dicha conjetura fue defendida por el célebre oceanógrafo francés Jacques Cousteau.
    • La creencia principal fue aquella que situaba a la gran isla-continente en medio del océano Atlántico.
    • Relacionado con lo anterior, Bory de Saint-Vicent postula que las islas del Atlántico serían restos de la Atlántida tras su destrucción. En esta línea, José de Viera y Clavijo defendió la hipótesis de que las Canarias pudieran ser uno de esos restos.
    • Dombrowski y Dušanic´ consideran que la Atlántida era una visión ideal de Oriente y de la civilización persa, por lo que la ubicarían en esa zona.
    • Adolf Schulten planteó la idea de que la Atlántida haya sido Tartessos y, por tanto, se encontrase en el territorio que hoy ocupan provincias del sudoeste de España. Kühne la situó en el coto de Doñana.
    • Charles Étienne Brasseur de Bourbourg, en el siglo XIX, relacionó la Atlántida con las culturas azteca y maya.
    • Ignatius Donnelly defendió no sólo la veracidad del relato platónico, sino que sugirió que todas las civilizaciones antiguas provendrían de la Atlántida.
    • Es una hipótesis extendida la que identifica la Atlántida con el continente americano o la sitúa en diversas localizaciones de este territorio (desde zonas andinas hasta islas y regiones costeras).
    • Según Jaime Manuschevich la Atlántida se ubica en el norte del Valle del Rift.
    • Jürgen Spanuth considera que la isla estaba en la zona de los países nórdicos.
    • Arisio Núñez dice que se encontraba en el Océano Índico.
Mapa de Athanasius Kircher con la Atlántida en medio del océano Atlántico.

El número de hipótesis es de tal magnitud que nos es imposible recogerlas todas. Así que por último, seguimos a José María Pérez Martel que explica que “prácticamente no queda lugar en el que no se haya ubicado el mítico continente de Platón, desde Siberia hasta el Sáhara pasando por Troya, la isla de Thera, Suecia, Inglaterra, Australia, costas de Cádiz, Irán o la Antártida”.

Asimismo, respecto al seísmo que hizo desaparecer la isla, puede ser la interpretación de un gran cataclismo natural conocido en otras culturas como el “diluvio universal”. También hay quien considera que el conflicto atlante-ateniense no es más que una traslación mítica de las Guerras Médicas entre griegos y persas. Por su parte, Vidal-Naquet plantea la posibilidad de que la Atlántida representase la Atenas de Pericles y Cleón, la cual acabaría destruyéndose si no retornaba a la tradición de la Atenas antigua.

Respecto a las interpretaciones del tercer tipo, hay que señalar que se encuentran entremezcladas con las del segundo. La primera reivindicación de la Atlántida como origen ideal de la nación, es la que se refiere a la propia Atenas. No tanto por reclamar sus orígenes de dicha isla, cuanto por vencer a su imperio y mostrar la superioridad de su civilización. Como ejemplos de atlanto-nacionalismo encontramos, de acuerdo con Vidal-Naquet, algunos relatos sobre Italia, España y Suecia.

En conclusión, el mito de una civilización perdida es muy sugerente y atractivo. Su búsqueda y la especulación de lo acontecido han producido una actividad interesante en la interpretación de textos clásicos, aun pudiendo ser una mera leyenda. Es decir, la Atlántida puede funcionar como un ideal asintótico, tanto respecto a la perfección sociopolítica como al objeto de la exploración real del supuesto territorio.

Bibliografía

Morales Caturla, T. “El Timeo-Critias, una geografía imaginaria entre la escatología y la historia”. Revista de Filosofía. N. 38, pp. 149-168, 2013: Madrid.

Pérez Martel, J. M. “La Atlántida en Timeo y Critias: exégesis de un mito platónico”. Fortunatae. N. 21, pp.127-145, 2010: Canarias.

Platón. Diálogos II: República, Parménides, Teeteto, Sofista, Político, Filebo, Timeo, Critias. Ed. Gredos. 2011: Madrid.

Vidal-Naquet, P. La Atlántida: pequeña historia de un mito platónico. Ed. Akal. 2006: Madrid.

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