Nos divierten, nos fascinan, nos asombran. No importa la edad que tengamos, no vamos a poder evitar que nos invada la emoción, ese aluvión de reacciones químicas que provoca aprendizaje. Queramos o no, devoramos historias de manera innata. Esta vez nos vamos a centrar en una pequeña historia procedente de nuestra literatura, la cual nos va a comunicar un mensaje muy importante para luchar contra aquello de lo que nadie se escapa en la sociedad del siglo XXI, la crítica negativa. Sin embargo, veremos que esa actitud, que parece inherente al ser humano, ha sido común en toda época. Para ello, viajaremos a la Castilla del siglo XIV.
En multitud de ocasiones hemos escuchado en ruedas de prensa deportivas, entrevistas, debates, fábulas infantiles, etc. el pequeño cuento del burro, el padre y el hijo por parte de alguien que está siendo criticado. Es común usarlo debido a su brevedad al exponerlo y a su clara intención didáctica, lo cual hace que captes el mensaje de manera sencilla. Una forma genial para defenderse de las críticas con humor y que te ayuda a alcanzar una cierta autocomplacencia.
El cuento
El cuento trata de un hijo y un padre que van al mercado a comprar y deciden llevarse un animal de carga que los ayude. Emprenden camino, yendo los dos a pie. A continuación, se cruzan con dos hombres que se ríen de su situación por ir padre e hijo andando y no usar al animal de carga como medio de transporte para alguno de ellos. El padre le pregunta al hijo que qué opina sobre lo que dicen estos dos hombres y él responde que tienen razón, por lo que el padre decide proponerle al hijo que vaya montado en el animal.
Así sucede, el muchacho lo cabalga. Siguen su camino y se encuentran con otras dos personas que critican la escena por ir el más joven montado en el animal y el padre, persona cansada por el trabajo y los años, a pie. Ante esto, el padre le pregunta al hijo qué opina y él dice que llevan razón. Así que el joven se baja y se sube el padre. Seguidamente, vuelve a ocurrir lo mismo, gente que critica al hijo, mozo de poco aguante por la edad, por ir a pie; y al padre, hombre acostumbrado a grandes esfuerzos, por ir sentado encima del animal. Por ello, al final, deciden ir los dos juntos montados. Prosiguen su camino hasta que, por último, los vuelven a criticar por ser unos desalmados, cabalgando los dos al débil y pobre animal.
Como se observa a través de la historia aquí contada, se puede sacar en claro que da igual lo que hagas, siempre vas a recibir críticas por tus actos. Por ello, no debemos darle tanta importancia mientras que estemos seguros de que lo que hagamos sea bueno y justo para nuestro beneficio, y, sobre todo, para la colectividad más próxima a nosotros.
El origen del cuento: don Juan Manuel
Pero, además de la importante moraleja que nos transmite, nos preguntaremos: ¿de dónde sale todo esto? Porque, normalmente, quien usa dicho cuento no hace referencia a su procedencia por, quizá, mero desconocimiento. La gente siempre se olvida de lo rica que es nuestra literatura y de las múltiples enseñanzas que nos puede llegar a dar. En este caso, nos tenemos que remontar al siglo XIV, en pleno reinado de Alfonso XI, bisnieto de Alfonso X el Sabio. Concretamente, al 12 de junio de 1335, cuando nace la famosa obra del Libro del Conde Lucanor del señor y duque de Villena, don Juan Manuel, de la cual nos debemos este maravilloso cuento o, más bien, exemplo, como es catalogada dicha narración dentro de la obra. El exemplo se conocía por ser una pequeña historia sucedida en otro tiempo, que se cuenta para que se imite, si es buena, o se evite, si es mala. Se pusieron de moda en la época, sobre todo, con una clara intención didáctica y religiosa gracias a sus máximos exponentes, franciscanos y dominicos, quienes los recopilaban para catequizar a la ciudadanía.
El Libro del Conde Lucanor posee una recopilación de 51 exemplos, donde al final de cada uno de ellos, don Juan Manuel nos ofrece unos versos de lo narrado a modo de resumen. La historia del padre, el hijo y la bestia (como se nombra realmente en la obra, en vez del burro, como se suele contar a día de hoy), corresponde al exemplo II y al final de ella nos encontramos la siguiente síntesis:
Por dicho de las gentes Por dicho de las gentes Sol que non sea mal, salvo que no sea mal Al pro tenet las mientes, prestad atención al provecho Et non fagades ál. y no hagáis otra cosa.
Observando la cita explícita extraída del Libro del Conde Lucanor, la cual necesita una traducción para que la podamos entender, es adecuado tener en cuenta la situación lingüística en la que se encontraba el castellano en pleno siglo XIV. Su condición como lengua nacional se la comenzó a dar Alfonso X el Sabio cuando medio siglo antes emprende la empresa de convertir el romance castellano en el código lingüístico del gran reino que le deja su padre, Fernando III, quien conquista todo el sur de España excepto el reino de Granada. Para ello, elabora una historia de España (Estoria de España o Primera Crónica General), una historia de la humanidad (General estoria), unas leyes (las Siete Partidas), etc., dándole al castellano todo el peso administrativo y, además, una identidad a la población para sentirse parte de un mismo proyecto. Cabe destacar que dicho dialecto bebe de las tres culturas que conviven en la Península: árabe, cristiana y judía. De ahí su futura riqueza léxica.
Por otro lado, el latín, de uso culto y diferenciador de estatus social, quedó relegado al ámbito religioso. Aun así, hubo muchas personalidades religiosas que reclamaban el uso generalizado del castellano, como Gonzalo de Berceo, quien exponía que él hablaba y escribía romance porque era el idioma con el que se entendía toda la gente. De esto último, es una de las diferentes evidencias para poder intuir por qué surgió la idea de escoger el dialecto castellano como lengua oficial del reino y no otro.
Volviendo a nuestro cuento moralizante y a modo de conclusión, este nos da a entender que no debemos hacer caso a las críticas de los demás, simplemente tenemos que mirar el provecho que la acción criticada nos aporta. Así que ya sabemos cómo actuar, y más en el mundo de hoy, donde la digitalización ha puesto en manos de todos el fácil acceso a menospreciar el trabajo de los demás con comentarios que pueden dañar al autor a través de las redes sociales, fundamentalmente.
Don Juan Manuel, fue una de las figuras ilustres de nuestra Historia, cuya biografía daría para muchas páginas. Hombre de letras y armas en un mundo donde la nobleza solía desdeñar los saberes humanísticos, se adelantó un siglo a la figura renacentista del cortesano de Castiglione; don Juan Manuel, quien a lo largo de su vida hizo lo que creyó conveniente en pos de su propio beneficio, llegando a tener hasta fuertes disputas con el mismísimo rey Alfonso XI que, a su vez, era su sobrino; don Juan Manuel, valedor de una prosa castellana en sus inicios; don Juan Manuel, duque de Villena.
Bibliografía
- Don Juan Manuel. Libro del Conde Lucanor. Edición de Fernando Gómez Redondo. Madrid: Castalia. 2015.
- Don Juan Manuel. Libro enfenido. Edición de José Manuel Blecua. Madrid: Castalia. 2010.
- Gonzalo de Berceo. Vida de Santo Domingo de Silos. Edición de Teresa Labarta. Madrid: Castalia. 1972.