¿Qué son los actores internacionales?

Es bien sabido que los actores internacionales abarcan una innegable importancia. Es cierto que son complejas las definiciones de estas unidades internacionales y su valor suele ser objeto de polémica y debate. ¿Cuál es la significancia de un actor internacional? ¿Cómo podemos clasificar a los actores internacionales? Estas son preguntas ciertamente lógicas, preguntas que, para nuestra fortuna como analistas, no carecen de respuestas. Eso sí, dichas contestaciones toman como apoyo criterios y perspectivas que, en los casos a mostrar a continuación, resultan siendo diferentes a carta cabal en aspectos varios.

Sala de la Asamblea General de las Naciones Unidas

«Relaciones internacionales», por Esther Barbé

Nuestra primera fuente para comprender el significado del concepto de actor internacional es “Relaciones internacionales” de Esther Barbé, publicado en 1995. La catedrática española propone una definición (una de tantas, pues el texto está inundado de definiciones de otros autores) de actor internacional en los albores de su texto. Barbé (1995) explica: “el actor internacional es aquella unidad del sistema que goza de habilidad para movilizar recursos que le permitan alcanzar sus objetivos, que tiene capacidad de ejercer influencia sobre otros actores del sistema y que goza de cierta autonomía”. (p.117). Sumado a definiciones, la profesora Barbé exhibe con lujo de detalles todo aquello concerniente a las unidades internacionales en cuestión.

Este texto se divide en varias secciones, cada una explicando un tipo de actor internacional. Dicha división comprende el sistema de estados, donde aborda el papel de referencia de la entidad estatal en el panorama internacional y como la decadencia de esta supone el auge de las unidades internacionales no estatales. Asimismo, se ahonda también en temas de soberanía estatal, principios como el de la no injerencia y su poco cumplimiento, así como también en las características del estado moderno, nacido en 1648 con la Paz de Westfalia.

Después, Esther profundiza sobre una realidad innegable, que es la heterogeneidad entre estados. Basándose en este argumento, la catedrática española hace énfasis en la pluralidad de naturalezas estatales, y las divide. Barbé (1995) afirma: “Algunos autores hablan de “clubes de estados”; los ricos; los nuclearizados; los exportadores de combustible; los militarizados; etc.…” (p.130). Si bien la autora apoya dicha clasificación, ella misma hace una mención aparte, exponiendo diferencias como la edad, el territorio y la población como elementos importantes.

Frontera entre México y Estados Unidos, una imagen que muestra la disparidad económica entre estados. Fuente: InstitutoIgarapé

Acto seguido, se tocan temas como la riqueza y pobreza de los estados y la influencia de estos. En este apartado se resalta también la calidad poblacional. Barbé (1995) dice: “Incluso más que en el caso anterior ya que la «calidad » de la población, en términos demográfico-culturales, es un factor decisivo para el desarrollo de un estado”. (p.134). Después, la escritora explica el uso de PNB, PIB per cápita e IDH para expresar realidades tanto económicas como sociales.

El texto también profundiza en la noción de jerarquía. Aquí la escritora alude a cómo, si bien un estado poderoso puede influenciar a uno débil, hay factores intangibles incuantificables los cuales son decisivos para la aceptación o rechazo de dicha influencia. Tales factores son, por ejemplo, la valentía y la moral del pueblo. ¿Era cuantificable la gallardía de los tercios españoles durante el asedio de Castelnuovo? ¿Era medible la fuerza de voluntad de los vietnamitas durante el asedio americano? En preguntas como estas se basa la argumentación de Barbé.

¿Es medible la fuerza de voluntad del pueblo vietnamita durante la agresión estadounidense?. Esta pregunta es abordada por Esther Barbé
Organizaciones internacionales y fuerzas transnacionales

También se muestra el análisis de otros actores, como organizaciones internacionales y fuerzas transnacionales. La explicación de ambas es extensa, pero la autora se esmera en mostrar las tipologías de las organizaciones internacionales (organizaciones universales y organizaciones restringidas) y sus características. Es necesario señalar que el concepto de organización internacional es ambiguo. Barbé (1995) expone: “Como afirma Rafael Grasa «no existe nada parecido a una definición estándar de qué se entiende por organizaciones internacionales…” (p.153).

En cuanto a fuerzas transnacionales, muestra sus inicios ligados a la religión (iglesia católica), así como su tipología, dividiéndolas en organizaciones sin ánimo de lucro (ONG) y empresas transnacionales, cuyo objetivo es enriquecerse. En ese sentido, se sigue ahondando en información referente a estos dos actores internacionales, mostrando ejemplos, objetivos, etc. Claramente, tampoco nos falta una definición (presenta varias) de fuerza transnacional. La definición de fuerzas transnacionales la realiza Marcel Merle, al escribir que «entendemos como fuerzas transnacionales los movimientos y las corrientes de solidaridad de origen privado que tratan de establecerse a través de las fronteras y que tienden a imponer su punto de vista en el sistema internacional» (Barbé, 1995, p.171).

Logo de «Médicos sin fronteras», ejemplo de organización no gubernamental (ONG) como fuerza transnacional

«Economía y sociedad», por Max Weber

Ahora, poniendo nuestra atención en otro texto, recordemos la importancia que le da Barbé al concepto de “Estado”. Sobre este concepto encontramos “Economía y sociedad”, del sociólogo Alemán Max Weber, quien, en una magna obra, de la cual solo se cubrirá el capítulo octavo, nos expone a las comunidades políticas, que son los estados durante gran parte del capítulo. La profundización de Weber en este tema es ciertamente impresionante y llena de detalles que más tarde se abordarán. Este autor nos ofrece la definición de “comunidad política” al comienzo del capítulo. Weber (2002) afirma: “Entendemos por comunidad política aquella cuya acción consiste en que los partícipes se reservan la dominación ordenada de un «ámbito» (p.661).

Teniendo en cuenta esta definición, se muestra al estado como la principal comunidad política, y como el empleo de la violencia vendría siendo inherente a este, ya que tiene el dominio de un ámbito determinado y la “legitimidad” para ejercer la violencia en protección de dicho dominio. Weber especifica que esta legitimidad está atada únicamente los estados, aunque estos pueden extender la validación de la coacción física a comunidades políticas más reducidas (Weber,2002). Por esta misma línea aparecen las características de la comunidad política, que vendrían siendo el ya mencionado dominio, poder físico (violencia, de ser necesaria) para afirmar ese dominio, y una acción de la comunidad como un todo para defender los intereses de la misma.

El sociólogo alemán Max Weber

También se argumenta la relación entre el “prestigio” y la influencia de una comunidad política, y como esta puede dividir a las mencionadas comunidades. Weber (2002) afirma: “Consiguientemente, las formas políticas pueden estar dirigidas hacia afuera de un modo más “autonómico” o “expansivo” (p. 669). Es aquí cuando Maximilian se torna objetivo, mencionando ejemplos concretos sobre los cuales basa su argumentación, empezando por la neutralidad suiza y terminando con el expansionismo belga.

Otro apartado importante del texto es la división de la comunidad política en 3 partes, que vendrían siendo las clases, los estamentos y los partidos (Weber, 2002). En cuanto a definición, el estamento es un grupo de hombres cuyo destino no se define por su trabajo o su acción dentro del mercado (Weber,2002). Estos mismos estamentos tienen al honor en alta estima dentro de su sociedad, y son considerados como un obstáculo al capitalismo por su apego a la tradición (Weber,2002). Sobre las clases, la definición es compleja.

Hablamos de una «clase» cuando: 1) es común a cierto número de hombres un componente causal específico de sus probabilidades de existencia, en tanto que, 2) tal componente esté representado exclusivamente por intereses lucrativos y de posesión de bienes, 3) en las condiciones determinadas por el mercado. (Weber, 2002, p.683).

Por último, define a los partidos como entes que se mueven dentro de una esfera de poder e influyen sobre la comunidad (Weber,2002). Durante el resto del texto, Weber profundiza en otros apartados tales como la actividad del capitalismo en sistemas federales y unitarios, el imperialismo capitalista y sus antecedentes históricos con Roma, la acción de las grandes potencias, las agrupaciones guerreras, etc.

Análisis de Weber y Barbé

Teniendo todo lo anterior en cuenta, se puede decir que “Economía y sociedad” es un texto con conceptos de una naturaleza más platónica, abstracta. Si bien Weber expone conceptos claves, se centra la mayor parte del tiempo (de manera maravillosa, eso sí) solamente en los estados. Ahora, Weber hace un gran trabajo uniendo conceptos como la legitimidad de la violencia con el papel del actor internacional que analiza la mayor parte del tiempo, el estado. Este texto, además, es importante para la formación de un internacionalista, ya que muestra el funcionamiento estatal sobre todo en cuanto a sus políticas internas se refiere. En ese sentido, Weber también desmenuza otras pequeñas comunidades políticas pertenecientes al ámbito territorial dominado por el estado, esto desde un punto de vista sociológico.

Sobre “Relaciones internacionales” de Barbé, es un texto vastísimo, lleno de definiciones de otros autores, como Marcel Merle, por ejemplo. Incluye datos empíricos como gráficos que ayudan a analizar cada tipo de actor internacional. Es innegable que el texto de Barbé es más comprensible, más objetivo, esto sin restarle a la calidad y profundidad de su análisis. Eso sí, en cuanto a estados como objeto de estudio, lo hecho por Weber logra incluso eclipsar la argumentación de Barbé. Ahora, sería irresponsable negar la importancia de este texto para la formación de un internacionalista, ya que este explica de manera especifica un concepto tan clave para las relaciones internacionales como lo son sus actores. Ambos textos son obras magnificas que, si bien cuentan con diferencias estilísticas, cumplen a la hora de definir los conceptos que tratan, ya sean uno o varios, esto desde perspectivas tanto objetivas que incluyen datos empíricos y estadísticos (Barbé), hasta otras más abstractas ligadas con la sociología (Weber).

La profesora Esther Barbé. Fuente: GlobalIndia

Bibliografía:

• Weber, M. (2002). Economía y Sociedad. Capítulo VIII. Las comunidades políticas (pp. 661-694). En: Economía y Sociedad. México: Fondo de Cultura Económica.
• Barbé, E. (1995). Relaciones internacionales. Madrid: Tecnos (pp. 117-197).

Scroll al inicio