Maquiavelo y Guicciardini: dos mentes brillantes del Renacimiento

Han sido muchos los autores que han dejado una impronta para la historia. Uno de los períodos artísticos más importantes que vivió la humanidad fue el Renacimiento italiano, en el cual destacaron mentes tan brillantes como Maquiavelo y Guicciardini. Sus diferentes formas de pensar fueron motivo de inspiración para entender la política y la sociedad de su tiempo.

«La Plaza de la Señoría de Florencia«, óleo de Giuseppe Zocchi

Contexto histórico: Renacimiento italiano

El periodo en el que se desarrollan Maquiavelo y Guicciardini es complejo. Con solo mencionar que abarcan el Renacimiento italiano, ya es más que llamativo. Este fue uno de los momentos mas impactantes de la historia europea, el cual tuvo su origen en la Toscana durante el siglo XIV a través de las obras de Dante y de Petrarca. Dicho movimiento se extendió hasta su apogeo entre los siglos XV-XVI, remarcados por artistas que no necesitan presentación como Da Vinci, Miguel Ángel o Rafael.

En el mismo momento que se desarrollaban estas obras majestuosas, el contexto político era ciertamente convulso. La península itálica no solo tuvo que enfrentar una invasión por parte del Reino de Francia, sino que también se encontraba conformada por diferentes ciudades-estados y repúblicas en el norte, los Estados Pontificios en el centro y los reinos de Nápoles y Sicilia (controlados por la corona de Aragón) en el área meridional.

Este contexto tan peculiar provocó que el movimiento renacentista no se orientara únicamente a las manifestaciones artísticas, sino que también motivó el auge y perfeccionamiento de la manera de hacer política. En el mencionado campo, los dos autores predominantes fueron Maquiavelo y Guicciardini, los cuales compartieron y discreparon en su visión sobre filosofía política. Visión que, por otro lado, todavía sigue suscitando intensos debates intelectuales en la actualidad.

Maquiavelo es considerado como uno de los autores politicos mas importantes de Europa y el padre de las Ciencias Politicas
El Príncipe. Fuente: Revista Marina

Nicolás Maquiavelo (1469-1527)

Sobre los orígenes de nuestro primer protagonista no se tiene mucho conocimiento. Maquiavelo nació en la ciudad de Florencia en 1469. Se sabe que había tenido una formación orientada a las humanidades y era hijo de Bernardo Machiavelli, un abogado que provenía de una familia burguesa empobrecida, la cual había sido muy influyente en Florencia en los siglos pasados y de Bartolomea di Stefano Nelli, también proveniente de una familia noble la cual se había empobrecido debido a las deudas contraídas por el abuelo del autor.

A priori, estos escasos datos no nos esclarecen mucho sobre este conocido autor. Aún así, podemos confirmar con total seguridad que el contexto histórico de su ciudad natal, Florencia, fue clave para que Nicolás Maquiavelo se transformara en el padre de las Ciencias Políticas como lo conocemos hoy en día. Como no podía ser de otra forma, a consecuencia de su brillante trayectoria, ha sido considerado como uno de los autores cumbre dentro de esta disciplina.

Inicios y carrera de Nicolás Maquiavelo

Maquiavelo se desempeñó dentro de la función pública de Girolamo Savonarola, predicador italiano el cual, gracias a la invasión francesa de la península y la expulsión de la familia gobernante, los Médici, logró posicionarse como líder de la ciudad y establecer la República Democrática de Florencia, un estado autoritario y teocrático. Pero ante las críticas vertidas contra el papa Alejandro VI, Girolamo fue excomulgado y sentenciado a muerte, generando la vuelta de los Médici al poder.

En consecuencia, Maquiavelo perdió su trabajo y se dedicó a redactar su obra cumbre, El Príncipe, con el fin de complacer a los Médici y trabajar nuevamente en la función pública. Esto no lo lograría, ya que muere el 21 de junio de 1527, a los 58 años, semanas antes de que se concrete una nueva expulsión de los Médici después de la invasión de los Habsburgo y con Clemente VII al frente del papado (apodado el Papa Médici), durante el saqueo de Roma (1527). No obstante, los Médici retomarían el poder nuevamente en 1531, tras un asedio a Florencia.

Su obra

Dentro de su obra, el autor florentino innovó en su pragmatismo, ya que sostuvo que el fin era lograr la conservación del poder sin importar la moralidad de sus acciones y siendo juzgadas las mismas por sus resultados («el fin justifica los medios»). Para Maquiavelo, el límite deja de ser lo ético y pasa a ser la pérdida de poder.

Retrato de Nicolás Maquiavelo, por Santi di Tito

Resaltó que se debía contar con la fortuna, la cual no alude a las riquezas, sino a la suerte/azar y la virtud (dominar los acontecimientos y lograr el fin deseado). Se mostró a favor de la religión ya que garantizaba la estabilidad y fomentaba el miedo para controlar a la población. La misma no debía de ser oprimida, sino utilizada para conservar el poder, manipulando la información a conveniencia. Según su pensamiento, se debía recurrir a la ley, pero si falla, entonces se aplicaba la fuerza.

Discursos sobre la primera década de Tito Livio

En esta obra, Maquiavelo intentó explicar la estructura y los beneficios de un gobierno republicano. Así fue como el autor florentino promovió la unificación de la península italiana en una República, tomando como ejemplo a Roma y la unificación política española, dividiendo dos grupos de personas. Por un lado, los nativos, gente insegura dispersa que se une bajo un liderazgo para dar paso a las ciudades, y los forasteros, los cuales abandonan su tierra por desidias (hambre/guerra) y buscan otro lugar para establecerse (para Maquiavelo, son el grupo más virtuoso).

Francesco Guicciardini (1483-1540)

El segundo protagonista que entra en escena es Francesco Guicciardini, el cual, al igual que Maquiavelo, nació en Florencia en el seno de una familia noble, siendo el tercer hijo de Piero di Jacopo Guicciardini y Simona Gianfigliazzi. Pero que a diferencia de nuestro primer autor, tuvo que exiliarse ante la invasión francesa y con la vuelta de los Médici al poder, regresó a la función pública como gobernador de Parma.

Inicios y carrera de Francesco Guicciardini

Esta situación se debió a que la familia Guicciardini era una de las familias más fieles a los Médici, logrando con ello, obtener puestos importantes dentro de la administración publica. En Florencia, el joven Francesco estudió jurisprudencia, logrando el doctorado e iniciando su carrera política. Esta se catapultó gracias al casamiento con Maria Salviati, perteneciente a una de las familias políticas más importantes de Florencia. A raíz de ello, ocupó grandes cargos gracias a su suegro, los cuales producto de su inteligencia y gran desempeño, logró internacionalizar, llegando a ser embajador en España.

A diferencia de Maquiavelo, el cual inició su periodo literario tras quedar desempleado ante la llegada de los Médici, Guicciardini comenzó su carrera de redactor a la par que empezaba su trabajo en la administración pública. Sus diferencias con Maquiavelo fueron plasmadas en Historia de Italia, un texto que analizaba la historia de la península desde el punto de vista de la lucha entre los Habsburgo y Valois, es decir, entre España y Francia. Durante este período, el enfrentamiento entre estas dos potencias europeas tuvo precisamente a la península italiana como uno de sus principales escenarios.

Francesco Guicciardini. Fuente: ABC

Diferencias y similitudes entre Maquiavelo y Guicciardini

Tanto Maquiavelo y Guicciardini fueron dos mentes excepcionales en la época que les tocó vivir. No obstante, aunque eran contemporáneos, sus ideas divergían en cuanto a la forma de gobierno que estimaban oportuna. En este aspecto, Maquiavelo contemplaba una república donde la plebe tuviera más peso, en cambio para Guicciardini era mejor una aristocrática. ¿Pero porqué tenían estos puntos de vista tan dispares? Esta visión tan diferente entre los dos autores se debió a que Maquiavelo sostuvo el argumento de que la plebe al no contar con riquezas, era más difícil que se corrompiera a diferencia de la aristocracia, un grupo más reducido y entrelazado.

Por otro lado, Guicciardini no quiso una unificación política ya que, de hacerlo, se hubiera dado paso a una península homogénea en donde la ciudad predominante impusiera sus reglas y costumbres (para este autor, de haberse generado esto, no hubiera habido Renacimiento). Por contra, Maquiavelo apoyaba esa unificación y remarcaba que los únicos que pudieron hacerlo en su momento fueron los romanos a través del poder de las legiones impuesto en cada región. A su vez, vislumbró la corrupción de la Iglesia como un elemento negativo, ya que generaba que los italianos fueran más pecadores e individualistas y, por ende, rechazarían el ideal nacional.

Últimas observaciones

Ambos autores, Maquiavelo y Guicciardini, alentaban el sentimiento cívico a través del ideal del soldado-campesino en contraposición del mercenario/condotiero (más proclives a la traición ante una mejor paga). No obstante, también encontramos diferencias en este punto. Maquiavelo defendió que se debía conformar un ejército, pero Guicciardini vio esta postura como algo inútil para una ciudad-estado, ya que no sería rival para enfrentarse a un ejército imperial.

Guicciardini criticó la falta de realismo político de Maquiavelo, ya que se inspiraba en las monarquías que contaban con una burguesía emprendedora y abierta, algo inexistente en Italia, debido a que este grupo social para esta zona en concreto era mezquina y municipal (no proyectaba más allá de la ciudad/región). Además, la mayoría de la población era campesina y no contaba con un ideal nacional (no les interesaba tanto quien gobernara, sino que pudiesen comer).

Maquiavelo y Guicciardini se desempeñaron en la misma area pero en diferentes ciudades. Mientras que el primero se desempeño en Florencia, el segundo lo hizo en Parma.
Mapa de Italia a finales del siglo XV. Fuente: CreativeCommons, licencia: CC BY-SA 3.0

Bibliografia:

Guicciardini, F. (1889). Libro I, cap. I. En Historia de Italia. Madrid

Maquiavelo, N. (1987). Libro I, Proemio 1 y 2; Libro II, Proemio 1 y 6. En Discursos sobre la primera década de Tito Livio. Madrid. Editorial Alianza

Maquiavelo, N. (1998). El Príncipe. Madrid. Editorial Espasa Calpe

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