Posiblemente el objeto religioso más codiciado de la historia de la humanidad sea el Santo Grial, tal y como aparecía en la famosa película de Steven Spielberg Indiana Jones y la última cruzada (1989). En la ciudad de León (España) se encuentra el cáliz de doña Urraca, una magnífica reliquia que no pocos afirman que se trata de la verdadera copa utilizada por Jesucristo. Pero, ¿acaso es esto cierto? ¿O más bien se trataría de una falsificación? ¿Existen más ejemplos?
El Santo Grial
Según las Sagradas Escrituras, Jesucristo utilizó este recipiente o copa reunido con sus doce apóstoles durante la celebración de la Última Cena antes de su Crucifixión. Debido a su incontestable importancia tanto religiosa como histórica, la búsqueda del Santo Grial por expertos y no tan expertos, ha sido una constante a lo largo de los siglos. Han circulado todo tipo de leyendas en torno a este singular objeto, tantas como «supuestos» santos griales se hallan repartidos por todo el mundo. ¿Pero cuál de todos ellos es la verdadera copa de Cristo? ¿Acaso podría ser el legendario cáliz de doña Urraca? ¿Y el de Valencia?
El cáliz de doña Urraca
Para situarnos en el tiempo y en el espacio, primero debemos viajar al viejo reino de León en plena Reconquista poco tiempo después de la desintegración del Califato Omeya de Córdoba. Tras las terribles campañas de Abderramán III y el caudillo Almanzor, los acogotados reinos cristianos del norte empezaban a tomar la iniciativa contra el islam. El rey navarro Sancho III «el Mayor» (1004-1035) había conseguido unificar a casi toda la cristiandad peninsular bajo su mando. Su hijo Fernando I de León apodado «el Magno», siguió los pasos de su padre y engendró un gran reino que incluía las tierras de Léon y Castilla.
Pero como era habitual en la época, los reinos formaban parte del patrimonio de los reyes y estos podían dividirse a su antojo. Así fue como tras la muerte de Fernando I, sus dominios fueron repartidos entre sus hijos. Al primogénito Sancho le tocó el condado de Castilla, ahora elevado a la categoría de reino; a Alfonso el reino de León y el título imperial; a García el reino de Galicia, creado a tal efecto; a Urraca la ciudad de Zamora; a Elvira la ciudad de Toro; ambas con título real y sus respectivas rentas. Posteriormente, sería Alfonso VI de León el que volviese a reunificar los reinos de Léon, Castilla y Galicia.
Es aquí donde arranca nuestra historia. ¿En qué consiste exactamente la copa que algunos afirman haber pertenecido al mismísimo Jesucristo? El llamado cáliz de doña Urraca es una pieza de orfebrería de estilo románico que fue donada a la infanta leonesa Urraca de Zamora (1033-1101/1103), la que fuera hija de Fernando I de León y de su esposa Sancha, y hermana mayor de Alfonso VI. Tal como lo conocemos, la antigüedad de este cáliz se remonta a la segunda mitad del siglo XI, en plena Edad Media. En la actualidad se halla custodiado en el museo de la Real Colegiata de San Isidoro de León.
Este cáliz tan misterioso está compuesto por dos cuencos muy antiguos: el copón y la peana, realizados en piedra de ónice. Las ricas joyas que lo decoran las donó personalmente la infanta doña Urraca (la cual no debe confundirse con su sobrina la reina Urraca I, hija de Alfonso VI) las cuales incluyen zafiros, perlas, esmeraldas o aljófares. A su vez, el interior de la copa se encuentra revestido de oro. El trabajo realizado en este singular recipiente es de una gran minuciosidad, en forma de filigranas que componen espirales, pequeños caracoles o arquillos. En la peana existe una inscripción que reza lo siguiente:
IN NOMINE DOMINI VRRACA FREDINANDI
(En nombre del Señor, Urraca hija de Fernando)
¿Es el verdadero? ¿Existen más cálices?
Según la opinión de algunos historiadores, el cáliz de doña Urraca es el verdadero Santo Grial utilizado por Jesucristo. En su defensa, se hallan unos documentos medievales procedentes de la Universidad Al Azhar, que aseguran que este cáliz fue donado por el califa fatimí Al-Mustansir hacia 1054 al emir de la taifa de Denia por la ayuda que este le había prestado durante una hambruna. Este gobernante a su vez lo regaló al rey Fernando I de León, con el objetivo de fortalecer su amistad con él. De acuerdo a otro texto, supuestamente una esquila desprendida de esta copa fue utilizada para curar a una hija del gobernante musulmán Saladino, de acuerdo a sus supuestos poderes sobrenaturales.
No obstante, existe cierta controversia al aseverar tales afirmaciones. ¿Cuál sería el verdadero grial? Al igual que ocurre con el cáliz de doña Urraca, existen multitud de «santos griales» a lo largo y ancho del mundo que podrían ser el único y verdadero. En España también se encuentran el Santo Grial de la Catedral de Valencia (el que actualmente posee más características que podrían concordar con el Santo Grial de Jesucristo) y el Santo Grial de O’Cebreiro (Lugo). Pero la lista sería interminable: el Sacro Catino de Génova, la Copa de Santa Isabel, el Cáliz de Ardagh, el Cáliz de Antioquía… Pero de lo que no cabe ninguna duda en torno a esta cuestión, es de que la eterna búsqueda del Santo Grial continuará por mucho tiempo.
Bibliografía
Gómez Martín, L. (2015). «El Grial de León. El cáliz de doña Urraca. Cuando la historia invade la leyenda». Especial de la revista Clío (21).
Museo de San Isidoro de León. https://www.museosanisidorodeleon.com/sala-del-caliz/
Pijoán, J. (1949). Summa Artis. Historia general del arte. El arte románico: siglos xi-xii. Vol. IX. Madrid: Espasa-Calpe.
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