
José Soto Chica fue militar profesional y estuvo destinado a la Misión de Paz de la ONU (UMPROFOR) en Bosnia Herzegovina. Un accidente con explosivos le costó una pierna y lo dejó ciego, lo que le llevó a reencauzar su vida hacia su verdadera pasión: la historia. En la actualidad es doctor en Historia Medieval y profesor contratado doctor, además de investigador del Centro de Estudios Bizantinos, Neogriegos y Chipriotas. Es autor de las monografías Bizancio y los sasánidas (2012), Bizancio y la Persia sasánida: dos imperios frente a frente (2015), Imperios y bárbaros. La guerra en la Edad Oscura (Despertaferro, 2019), y Los visigodos. Hijos de un dios furioso (Despertaferro, 2020), así como coautor de la edición, traducción y estudio de La Didascalia de Jacob. En 2021 José Soto ganó el Premio Edhasa Narrativas Históricas con su novela El dios que habita la espada y en 2022 publica Bajo el fuego y la sal, una novela sobre el saqueo a los tesoros del Vaticano. En 2023, rescató la figura del rey visigodo más importante a través de la obra biográfica histórica, Leovigildo. Rey de los Hispanos. Un año más tarde, publicó Egilona. Reina de Hispania, una novela histórica basada en la última reina consorte visigoda como protagonista. Ya en 2025, salió a la luz su última novela titulada Pelayo. La novela del héroe que salvó Hispania, motivo de esta entrevista.
Entrevista a José Soto Chica con motivo de la publicación de su novela “Pelayo. La novela del héroe que salvó Hispania”

¿Qué datos fehacientes conocemos sobre Pelayo? ¿Podría haber más de leyenda que de realidad en su figura o esto no es cierto?
En modo alguno se tiene que tener por leyenda lo sustantivo en la vida de Pelayo: que se alzó contra el poder establecido en Hispania por el Califato omeya de Damasco; que pertenecía a la nobleza visigoda; que fue elegido princeps/rey por un grupo de refugiados y pobladores de Asturias; que venció y expulsó a los conquistadores al sur de la Cordillera Cantábrica y que erigió un pequeño reino que, contra toda esperanza, logró sobrevivir y expandirse dando inicio a un largo proceso, lleno de giros de fortuna y alternativas que, andando el tiempo, sería denominado Reconquista y que desde muy pronto, siglo IX, aspiraba a la restauración del reino visigodo destruido por los ejércitos de Tariq y Musa en 711-712.

¿Cómo fue posible que el minúsculo reino de Asturias pudiese sobrevivir y expandirse frente al todopoderoso Califato omeya y Al-Ándalus? ¿Qué factores influyeron?
En primer lugar el carisma y la rebeldía de Pelayo: lo que vino no puede explicarse sin la acción de un hombre capaz de convencer a una gente desesperada y sin recursos de que se alzara contra un poder tan avasallador como ningún otro que hasta entonces hubieran contemplado los siglos: en 737, cuando Pelayo murió, el reino que legó a su hijo, Favila, era 476 veces más pequeño que el Califato omeya contra el que se mantenía en rebeldía.
En segundo lugar, hay que tener en cuenta que Asturias era un lugar de frontera: minúsculo y sin importancia en relación al poderío del califa que, además, andaba ocupado en otras cuestiones: guerras contra los jázaros en el Cáucaso, rebeliones en Jorasán, guerras contra los turcos de Asia Central y contra la China de los tang, alzamientos bereberes en el norte de África y contra los pipínidas francos en las Galias y, sobre todo, contra el Imperio romano de Oriente, así que nunca dedicó todos sus recursos a aplastar la rebelión.
En tercer lugar, desde el primer momento, hubo una terca voluntad por parte de Pelayo y los suyos por resistir contra viento y marea. Esa voluntad de resistencia se traslada, incluso, a los textos árabes que le otorgan el epíteto de «Asno Salvaje». Un sobrenombre que, contra lo que se cree y dice, no es peyorativo, sino valorativo. Pues en la tradición bíblica y oriental, sobre todo entre los persas y árabes, el «Asno Salvaje» es el símbolo de la tozudez, de la rebeldía, de lo indomable y de la fuerza ingobernable que no se puede domeñar.

¿Por qué ha inspirado tanto un personaje de la talla de Pelayo a lo largo de sucesivas e incontables generaciones? ¿Cuál sería su legado para la posteridad?
Su legado es el valor de la rebeldía: para Pelayo, un noble, un hombre rico y bien posicionado, lo más fácil era someterse y conservar sus privilegios. Eso fue lo que hicieron la mayor parte de los miembros de las élites, laicas y eclesiásticas por igual, de la Hispania visigoda. Los conquistadores ofrecían buenas condiciones para ello. Pero Pelayo optó por perder posición y bienes y echarse al monte, literalmente, por mor de conservar algo que a menudo no valoramos: su libertad y sus valores. Eso, creo yo, es un gran ejemplo intemporal y así ha sido visto durante generaciones en España. Ahora, en estos tiempos, cuando tanto se le ha querido denigrar y desvirtuar, su legado es más valioso que nunca y más digno de ser reivindicado.
En los últimos tiempos estamos asistiendo a una ola de correcciones y cancelaciones, también en personajes históricos como el propio Pelayo, ¿no estamos quizás cayendo en el presentismo? ¿De qué manera podríamos combatirlo?
Sí, es una pena, pero la ideología lo contamina todo y no son pocos los que se prestan a tales empeños. Querer ver a Pelayo y su tiempo desde la óptica de tal o cual ideología política del presente, me da igual la que sea y quede a un lado u otro, es un ejercicio penoso que, en mi pobre opinión, sólo es prueba de estulticia y que tiene un cierto aroma infantiloide.
Pelayo fue lo que fue: un rebelde, un hombre desesperado que erigió algo nuevo sobre las ruinas de su propio mundo. A un hombre así se le debe respeto y no necesita de nuestras ideas, de nuestras fobias y filias, de nuestros traumas e inseguridades para reclamar su lugar en nuestra historia. Un pasado complejo, rico y que yo amo por entero: sin maniqueísmos y sin cancelar o excluir a ningún personaje o periodo.
Desde el mundo visigodo a Al-Ándalus, desde Castilla a Aragón, desde la Granada nazarí a la España de los Reyes Católicos, desde el pasado más remoto a la España constitucional, somos el resultado de una historia con mayúsculas que no necesita de manoseos, ni de exclusiones de ningún tipo. Al pasado o lo aceptas e integras por completo, o te traicionas como sociedad y país.

Y por último, ¿qué otros proyectos futuros se vislumbran en la mente de José Soto Chica?
Pues en cuanto a aquello en lo que ando, sólo puedo adelantar que estoy terminando un ensayo, que ando enredado en otro y que no puedo dejar de pensar en nuevos proyectos de novela. Adoro lo que hago y trabajo mucho. Así que amenazo con seguir ofreciendo el resultado de mi pasión por la historia a los maravillosos lectores que tienen la generosidad de asomarse a las páginas de mis ensayos y novelas.
