Esta es la historia de una mujer tan importante que muchos hombres hicieron todo lo posible para atacarla, acusándola de incesto, adulterio, maltrato y asesinato. Fue hermana, sobrina, esposa y madre de emperadores. Fue emperatriz por derecho propio y una pionera audaz y temeraria en el Imperio romano.
Agripina la Menor
Mujer de fuerte carácter y decisión, Agripina la Menor manchó sus manos de sangre para conseguir que su familia subiera al trono del Imperio romano, costara lo que costara, incluso su propia vida. Ante la afirmación que unos astrólogos le hicieron de que su hijo Nerón llegaría a ser emperador, pero también que mataría a su propia madre, algunas fuentes dicen que respondió: «Que me mate, con tal de que reine».
Agripina la Menor nació con el nombre de Julia Agripina en noviembre del año 15 d.C. en la ciudad de Ara Ubiorum (en la actual Alemania), durante el imperio de Tiberio. Fue hija de Germánico, sobrino de Tiberio y un popular general romano conocido por sus campañas en Germania, y Agripina la Mayor, hija de Marco Agripa y Julia, la hija del emperador Augusto. Tuvo ocho hermanos, pero solo cinco de ellos sobrevivieron a la infancia: entre ellos se encontraba Cayo Julio César Germánico, el futuro emperador Calígula.
Cuando Germánico murió en el año 19 d.C. (algunas fuentes antiguas establecen que Tiberio lo mandó envenenar) Agripina la Mayor empezó a defender los derechos de su propia familia, pero Sejano, el prefecto de la Guardia Pretoriana, reconoció que Agripina era un peligro para su propia influencia y puso a Tiberio en su contra. Agripina la Mayor y sus dos hijos varones mayores fueron exiliados y encarcelados. Todos murieron en el año 33 d.C. Mientras tanto, a Agripina la Menor, al no ser considerada una amenaza para el emperador, se la casó con Cneo Domicio Enobarbo, padre del futuro emperador Nerón, en el año 28 d.C. El matrimonio duró poco tiempo ya que Domicio falleció en el año 40 d.C., dejando a Agripina viuda y con un hijo.
Ascenso al poder
A principios del año 37 d.C. murió Tiberio y Calígula asumió como nuevo emperador. Agripina se convirtió en la hermana del emperador y pasó de la invisibilidad a convertirse en una de las mujeres más importante del mundo romano. Calígula, considerado por muchos historiadores como el gobernante más cruel de Roma, dio a Agripina y a sus otras dos hermanas Drusila y Livila un trato preferente en la corte imperial. Una enfermedad mental se despertó en el emperador y Agripina y Livila fueron acusadas de conspirar contra él y condenadas al destierro en la isla de Poncia. Agripina aguantó paciente su destierro. Después del asesinato de Calígula en el año 41 d.C., el nuevo emperador, su tío Claudio, permitió el regreso de Agripina y Livila a Roma. Pero la tranquilidad de Livila duró poco ya que fue desterrada por segunda vez, en este caso acusada de adulterio. Esto dejó a Agripina en el año 41 d.C. como la única superviviente de su entorno familiar más cercano, con solo 26 años.
Tras volver a Roma, Agripina se dedicó a la tarea de buscar un nuevo marido y lo encontró en Cayo Salustio Crispo Pasieno, con quien se casó a finales del año 41 d.C. Pasieno, de una vasta fortuna, murió entre el 43 d.C. y el 49 d.C. (los historiadores no se ponen de acuerdo) después de nombrar a su mujer heredera de su fortuna. Algunas fuentes afirman que Agripina lo asesinó, pero se trataría solo de suposiciones.
Tras cinco años en los que Agripina desapareció de las fuentes, reapareció en Roma en el 47 d.C. Después de que Mesalina, la esposa de Claudio, fuese ejecutada, el emperador declaró que no tenía intención de volver a casarse, pero Pallas, uno de los influyentes libertos de Claudio, lo convenció para que se casara con su propia sobrina. Como estaban estrechamente emparentados, el Senado romano tuvo que aprobar una ley especial para permitir que Claudio y Agripina se casaran. Agripina dio un paso importante hacia su objetivo, que era la llegada de su hijo Nerón al trono imperial. Ahora le quedaba un último paso, que era desbancar a Británico, hijo de Claudio y Mesalina, en favor de Nerón como heredero. Primero logró que Claudio aceptara el casamiento entre su hija Octavia y Nerón. Después lo adoptó.
El golpe final llegó en el año 54 d.C. cuando Claudio murió durante una cena en el palacio imperial. Nunca se supo la causa de su deceso. Aunque algunos autores establecen que Agripina lo mandó envenenar, la realidad es que el emperador ya no tenía buena salud. Lo único cierto es que Claudio falleció y su hijo adoptivo Nerón fue nombrado emperador. Por fin se había cumplido el propósito de la ambiciosa Agripina por el que tanto había luchado.
Mandato del emperador Nerón, hijo de Agripina
Bajo el reinado de Nerón, su madre fue adquiriendo cada vez más protagonismo. Incluso empezó a aparecer en el anverso de algunas monedas junto al propio emperador. A diferencia de cualquier otra mujer romana antes que ella, Agripina tuvo poder verdadero, no solo influencia. Todas las fuentes afirman que asumió la gestión del Imperio romano, las tareas administrativas cotidianas y la parte más tediosa del gobierno.
Pero en el año 55 d.C. todo empezó a cambiar. En primer lugar, Británico, el próximo heredero al trono, murió en extrañas circunstancias (algunas fuentes indican que Nerón lo mandó a asesinar). En segundo lugar, Nerón, disgustado de su matrimonio con Octavia, comenzó una relación con la liberta Claudia Actea. Esto era inaceptable para Agripina, que veía el matrimonio como un acto de legitimidad.
Nerón, cansado del poder que tenía su madre decidió apartarla de la corte. Pero Agripina aún tenía influencia debido a sus conexiones familiares. El emperador, temiendo una amenaza potencial, decidió asesinar a su propia madre. Fuentes antiguas recogieron los detalles del asesinato de Agripina. En el año 59 d.C., Nerón le dijo a su madre que quería reconciliarse con ella durante la fiesta de los Quinquatrios. Mientras Agripina regresaba a su villa, su barco se hundió en un accidente premeditado, pero consiguió salvarse, aunque Nerón envió a su Praefectus classis (comandante de la flota) para acabar con ella. Julia Agripina Augusta murió por la espada de un centurión al amanecer del 20 de marzo del 59 d.C. Tenía solo 43 años. Había muerto la primera emperatriz de Roma.
La muerte de Agripina conmocionó a Roma y el temblor se sintió en todo el Imperio. La mujer que había sido el centro de la familia imperial durante una década había desaparecido. Los historiadores masculinos han argumentado que incluso para los romanos Agripina no significó nada, pero lo cierto es que ninguna mujer intentó lo mismo que ella durante más de un siglo.
Bibliografía
- De la Bédoyère, G. (2018). Domina: las mujeres que construyeron la Roma Imperial. Barcelona: Ediciones de Pasado y Presente.
- Southon, E. (2019). Agripina, la primera emperatriz de Roma. Barcelona: Ediciones de Pasado y Presente.
- Suetonio. (1964). Vida de los doce césares. Argentina: Ediciones Selectas.
- Tácito. (2017). Anales II. España: Gredos.