Beatriz Gutiérrez Müller y el nombre de América

¿Por qué el continente que descubrió Colón lleva el nombre de América? A pesar de la opinión de la esposa del presidente mexicano, no fue porque Vespucci “sobornase” a los Reyes Católicos.

Mapamundi del siglo XVI. Fuente: teahub.io

Incongruencias históricas

EL 6 de septiembre de 2021 Beatriz Gutiérrez Müller posteó en Facebook una “reflexión” en apoyo de la decisión de la Gobernadora de Ciudad de México de no devolver al Paseo de la Reforma el monumento a Colón, retirado la madrugada del 9 al 10 de octubre de 2020 alegando labores de “restauración». Tras invitar a descolonizar la historia, concluía así:

“El nombre de América es otra pifia: el florentino Amerigo Vespucci, en efecto hizo viajes posteriores al ‘Nuevo Mundo’; la denominación fue a causa de las ingentes cantidades de dinero que proporcionó a la corona española (incluso, se naturalizó castellano al casarse con María Cerezo) por financiar sus propias navegaciones y las de su amigo, don Cristóbal. Cosas, pues, de gratitud pecuniaria

(Facebook Beatriz Gutiérrez Müller, 6 septiembre de 2021)
Beatriz Gutiérrez Müller

En realidad, el párrafo es un conjunto de falsedades y demuestra la manera de entender la Monarquía católica de la Cuarta Transformación

Amerigo Mateo Vespucci (1454-1512)

Nació en 1454 en una influyente familia florentina. Su tío, Guido Antonio Vespucci, le llevó como secretario al ser designado embajador ante Francia. De vuelta en Florencia (1482) entró al servicio del potentado Lorenzo di Pierfrancesco de Medici “il Popolano”, quien en 1491 le mandó encauzar sus negocios en Sevilla. Amerigo llegó a España a principios de 1492 y decidió encargar los negocios de «il Popolano» al también florentino Juanoto Berardi.

Radicado en España al menos desde 1468, Berardi fue persona de confianza de Cristóbal Colón y su factor ante los Reyes Católicos, y fue él -y no Vespucci– quien financió las primeras expediciones de Colón y después logró permiso para enviar doce carabelas a las Indias, empresa en la que sí participó económicamente Vespucci. Aventura ruinosa, pues las cuatro primeras que zarparon (febrero, 1496) naufragaron frente a Cádiz. Berardi había muerto ya (diciembre, 1495) y Vespucci, al que había nombrado albacea, tuvo que “liquidar la compañía, recoger los restos del naufragio y cobrar las averías. En junio de 1496 regresó Colón a Sevilla, donde firmó el finiquito con Vespucci, dando por terminada su relación económica. A partir de entonces su trato sería simplemente de amistad.

Retrato de Amerigo Vespucci

Sí acierta Gutiérrez Müller al escribir que Vespucci viajó al Nuevo Mundo. De hecho:

«Una de las cuestiones más debatidas por la historiografía vespucciana es el número de viajes que el florentino realizó al Nuevo Mundo. Como Vespucci no figura en ninguna nómina de tripulantes, sólo se conocen sus viajes a través de las propias cartas del toscano, ninguna de ellas autógrafa e incluso alguna de dudosa autoría, y los relatos de los cronistas del momento, que no aciertan a ponerse de acuerdo sobre la cuestión.»

Consuelo Varela, «Amerigo Mateo Vespucci»; DBE de la RAH

Según Consuelo Varela “la tesis tradicional, y hoy más ampliamente admitida, sostiene que Amerigo realizó dos, o quizá tres, viajes al Nuevo Mundo, sirviendo a las dos coronas ibéricas”, aunque Loly López Guerrero, biógrafa de María Cerezo, da por bueno que fueron cinco (1). Y aquí nuevamente vuelve a equivocarse la esposa de Andrés Manuel López Obrador, pues Vespucci no se casó para naturalizarse castellano, sino que -tras solicitarlo durante años- obtuvo carta de la reina Juana (Toro, 24 abril de 1505) que hizo a «Amerigo Vezpuche, florentin (…) natural de estos mis reinos de Castilla é de Leon” por “vuestra fidelidad é algunos buenos servicios que me habeis fecho, é espero que me hareis de aquí adelante”, pudiendo desde entonces desempeñar “cualesquier oficios públicos Reales é concejales” (2); y una vez castellano, se casó con María.

El florentino siguió prestando servicios a la Monarquía católica y en 1508 fue nombrado el primer piloto mayor de la Casa de Contratación (1503) que junto a su homóloga portuguesa, fueron las primeras instituciones científicas europeas patrocinadas por el Estado. Vespucci se encargó de “examinar y graduar pilotos, censurar las cartas e instrumentos necesarios para la navegación y, sobre todo, confeccionar el padrón real, modelo al que deberían ajustarse todas las cartas de marear”, y así lo hizo hasta que falleció (1512). 

Probablemente su nombre sería hoy poco conocido si no fuera porque -en palabras de Stefan Zweig- bautizó el Nuevo Mundo, y en ello -a diferencia de lo afirmado por Gutiérrez Müller– nada tuvieron que ver los Reyes Católicos.

Gymnasium Vosagense

El “bautizo” tuvo lugar en el entonces independiente -y hoy parte de Francia- ducado de Lorena. A principios del siglo XVI el clérigo y teólogo Vautrin (o Gauthier) Lud (1448-1527) con el mecenazgo del duque René II (1451-1508), reunió a un grupo de monjes y laicos, eruditos humanistas, impresores, traductores e ilustradores en la localidad de Saint-Dié-des-Vosges. El grupo, entre los que se encontraban Nicholas Lud -su sobrino-, Johannes Basinus, Mathias Ringmann y Martin Waldseemüller (“Hylacomylus”), tenía por objetivo imprimir libros importantes. No tuvieron mucho éxito y en 1511 echaron el cierre (3). Pero les dio tiempo de publicar en 1507 el libro que bautizó al Nuevo Mundo

Vautrin Lud

El 25 de abril salió la primera edición -y el 29 de agosto la segunda-, de un libro que inscribió el nombre de “América” en la cartografía: Cosmographiae introductio, cum quibusdam geometriae ac astronomiae principiis ad eam rem necessariis Insuper quator Americi Vespucij navigationes. Universalis Cosmograhiae descriptio tam in solido quam plano. eis etiam insertis, que Ptholomaeo ignota a nuperis reperta sunt; “como el título indica, el libro tiene cuatro partes: una introducción geográfica, un relato de los presuntos cuatro viajes de Vespucci (…), un mapa en usos, dibujado y recortado de tal manera que puede fijarse sobre un globo terráqueo, y un planisferio” (4).

El planisferio, titulado Universalis cosmographia secundum Phtolomaei traditionem et Americi Vespucii aliorumque lustrationes, tiene forma cordiforme y está coronado por dos medallones con hemisferios y los retratos de Ptolomeo y Vespucci. Representa lo poco que se conocía del Nuevo Mundo, y en las tierras que llamamos América del Sur, bajo la leyenda “TOTA ISTA PROVINCIA INVENTA EST PER MANDATVM REGIS CASTELLE” aparece la palabra “AMERICA”. En el capítulo 9 de Cosmographiae introductio, tras describir la geografía de Europa, África y Asia, Hylacomylus explica la razón de su elección:

“Estas partes de la Tierra han sido exploradas y una cuarta parte ha sido descubierta por Amerigo Vespucci (…). Ya que Europa y Asia reciben sus nombres de mujeres, no veo razón alguna por la que alguien pudiera oponerse a llamar a esta parte Amerige, es decir, la tierra de Amerigo, o América, por Amerigo, su descubridor, un hombre de gran capacidad. Su ubicación y las costumbres de sus habitantes pueden conocerse gracias a los cuatro viajes de Amerigo, que se adjuntan” (5).

Universalis cosmographia secundum Phtolomaei traditionem et Americi Vespucii aliorumque lustrationes. Fuente: loc.gov

La razón de tal atribución es la Lettera o Los cuatro viajes, uno de los 6 textos atribuidos a Vespucci que relatan sus viajes. Al igual que Mundus Novus (impreso por primera vez en 1504) fue publicado en vida del florentino, y tuvo gran éxito:

“Impresa por primera vez en 1505 en italiano, la carta está dirigida al jefe de Estado de Florencia, cargo que desempeñaba Piero Soderini. En este texto, Vespucci narra en primera persona cuatro viajes transatlánticos, instalándose en un gran sensacionalismo. En primer lugar, la expedición de Cádiz en 1497, tras la cual vino la expedición castellana con tres barcos de 1499. Posteriormente, vendría la portuguesa con tres barcos de 1501 y con seis barcos en 1503.”

Cristina Crespo Garay, “Las cartas de viajes de Américo Vespucio, el navegante que da nombre a América”; NG

Según Seymour I. Schwartz, el texto es un fraude:

“La Lettera describe cuatro viajes al hemisferio occidental, los dos primeros bajo el pabellón de España y los dos últimos bajo el de Portugal. La Lettera asegura que el primero de esos viajes tuvo lugar entre el 10 de mayo de 1497 y el 15 de octubre de 1498, e incluyó la exploración de la península de Paria, en Venezuela. Esta afirmación desafía la primacía del descubrimiento de Colón al afirmar que Vespucci desembarcó en América del Sur un año antes que Colón (…) En realidad, el viaje a la península de Paria, en Venezuela, tuvo lugar en 1499, un año después de que Colón desembarcara en esa región, y Vespucci jugó un papel insignificante, bajo el liderazgo de Alonso de Ojeda” (6).

El bautizo pudo quedarse en nada. Cuando Waldseemüller publicó su propia edición de la Geografía de Ptolomeo: Geographiae opus novissima traductione a Grecorum archetypis castigatissime pressum (Estrasburgo, 1513), eliminó las menciones a Vespucci, y lo que antes llamó “America”, ahora lo titula “TERRA INCOGNITA”, añadiendo que tales tierras fueron descubiertas por Colón “ex mandato Regis Castelle”, y lo mismo hizo en 1516, donde dio a América del Sur los nombres de «TERRA PAPAGALLI» y “TERRA NOVA”.

Pero América se quedó, gracias a una serie de mapas que siguieron usando su invención y en especial, gracias a que Gerardus Mercator (1512-1594) eligió “AMÉRICA” para designar el sur y el norte del nuevo continente.

Grabado de Gerardus Mercator, por Hans Hogenberg

Hispanofobia

Cabe preguntarse por qué Gutiérrez Müller publicó un texto que da a entender que América se llama así porque Vespucci sobornó a la Corona. Probablemente, más que ignorancia, hay mala fe y convicción ideológica.

Uno de los ejes de la “Cuarta Transformación” es la hispanofobia, como muestra, por ejemplo, el resumen que hizo de la etapa virreinal el video oficial que abrió las celebraciones del último Grito -día nacional de México-:

“Los españoles dejaron una herencia de exterminio y muerte: enfermedades como la peste, la viruela, los piojos, el sarampión y otras calamidades«.

(Excelsior TV: Ceremonia del Grito de Independencia 2021, minuto 8).

Para López Obrador, México es una nación intemporal -fundada hace más de diez mil años (mayo, 2019)-, cuyo destino fue truncado por la «invasión» española, que la contaminó con -entre otros- el que entiende es el principal problema de México: la corrupción, pues según el presidente mexicano: “No hay noticias, no hay evidencias, no hay pruebas documentales de la corrupción en la época prehispánica, pero sí hay pruebas documentales de la corrupción desde que llegaron los invasores conquistadores, los españoles» (diciembre, 2021). Lo que López Obrador no especifica es si los españoles la importaron en sus genes o en sus costumbres.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador

Notas

(1) Correo electrónico de Loly López Guerrero al autor (30 septiembre, 2021)

(2) Fernández de Navarrete, M. Colección de los viages y descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde fines del siglo XV, (1829) Imprenta Real, págs. 292 y 293.

(3) Walsby, M. Booksellers and Printers in Provincial France 1470-1600 (2020), Brill, pág. 601

(4) Schwartz, S.I. The Mismapping of America (2008), The University of Rochester Press, pág. 12 (traducción propia).

(5) Schwartz, S.I. Op.cit. pág. 13

(6) Schwartz, S.I Op.cit. pág. 10

Referencias

Consuelo Varela, «Amerigo Mateo Vespucci»; DBE de la RAH

https://dbe.rah.es/biografias/15575/amerigo-mateo-vespucci

Cristina Crespo Garay, «Las cartas de viajes de Américo Vespucio, el navegante que da nombre a América»; National Geographic (18 julio, 2019)

https://www.nationalgeographic.es/historia/2019/07/las-cartas-de-viajes-de-americo-vespucio-el-navegante-que-da-nombre-a-america

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