Si tuviéramos que tomar un ejemplo de desastre en la Historia de España que “demuestra” la incapacidad de los españoles, este sería la Armada Invencible (en realidad Gran Armada) de 1588. Tradicionalmente se ha dicho que las pérdidas españolas en aquella expedición fueron de 60 barcos y 20.000 hombres, aunque hoy sabemos que fueron exactamente la mitad. Y a pesar de que la guerra entre España y Inglaterra duró hasta 1604, popularmente sólo el episodio de la Gran Armada es conocido.
La realidad (a la que, para ser justos, han contribuido a escalrecer hispanistas británicos) es que al año siguiente, 1589, Isabel I de Inglaterra envió contra España una expedición aún mayor que su homóloga española, que estaría comandada por Sir Francis Drake, el más famoso de todos los corsarios. Para las tropas de tierra que debían desembarcar, se contó con el general de infantería John Norris. La expedición, formada por un total de nada que 168 barcos y 22.000 hombres tenían por objetivo barrer los restos de la Gran Armada y atacar Lisboa, la capital del reino de Portugal, que Felipe II se había anexionado muy recientemente. Si bien no era una invasión al uso como la que el rey de España había enviado a Inglaterra (con el objetivo de destronar a Isabel I), la expedición podía partir en dos la Unión Ibérica constituida hacía poco. Además, la reina Isabel había ordenado atacar también las Azores para capturar la ansiada Flota de Indias. La primera parada de la expedición sería en La Coruña, en lugar de Santander, donde se reparaban los buques dañados de la Gran Armada. Se desconoce el motivo por el cual Drake desobedeció las órdenes de la reina, pero tenemos claro que este cambio de planes no pudo haber estado más equivocado. En La Coruña se encontraba fondeado el galeón San Juan, el más grande que había participado en la Gran Armada (en el que había navegado el bravo Juan Martínez de Recalde), el cual defendió el puerto de la población gallega durante días antes de ser volado por los aires por sus propios marineros cuando los marineros de Drake lo abordaban. Cuando los ingleses atacaron definitivamente las murallas de La Coruña tras tomar el barrio de La Pescadería, estos se encontraron con una defensa numantina, donde destacó la famosa María Pita, quien llegó a matar a un oficial inglés y que hoy da nombre a la plaza principal de la ciudad. Tras una semana de combates, los ingleses abandonaban la lucha dejando tras de si 3.000 muertos y heridos, y sin conseguir capturar La Coruña ni llevarse consigo ningún botín.
Una vez llegados a Lisboa, el objetivo principal, Drake tomó la mala decisión de desembarcar demasiadas tropas (casi 15.000 hombres) y demasiado lejos de la capital portuguesa, por lo que estos tuvieron que hacer una larga caminata. La idea era atacar por mar y tierra Lisboa, la cual contaba con tan solo 35 galeras en su puerto, al mando de Martín de Padilla. Nadie hubiese esperado que estas galeras iban a mantener a raya a los galeones ingleses, mientras la infantería de Norris se vio incapaz de asaltar la murallas de la ciudad, defendida por el Castillo de San Jorge, donde había 8.000 defensores españoles y portugueses comandados por el Conde de Fuentes, gobernador de la ciudad. Y es que, aunque Don Antonio prior de Crato, candidato portugués al trono (y primo de Felipe II), había asegurado un alzamiento de los portugueses contra el rey de España, esta nunca se produjo, complicando la situación. La infantería inglesa fue bombardeada por las galeras de Padilla, y tras días donde Drake no se atrevió a entrar en el puerto, el corsario-almirante acordó con Norris encontrarse en Cascaes para reembarcar las tropas. Una vez en alta mar, las galeras de Padilla iniciaron la persecución, atancando a las naves inglesas por la popa. Consiguieron hundir 30 naves de gran tamaño, y otras 55 más pequeñas se perdieron por la acción española o por los elementos. Tras reembarcar a las destrozadas tropas de Norris, Drake puso rumbo a Inglaterra, no sin antes hacer una parada en Galicia, donde volvieron a desembarcar para conseguir víveres, con el fatídico resultado de perder 700 hombres más tras una emboscada hecha por tropas españolas. Tras su llegada a Inglaterra, Drake fue destituido de su cargo de almirante. La Contraarmada inglesa perdió un total de 80 naves y 17.000 hombres, un desastre aún mayor que la Gran Armada española. Aún con estas, España e Inglaterra protagonizarían unos cuantos choques y desastres más.
BIBLIOGRAFÍA
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RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, A. R. (2006): Victorias por mar de los españoles. Madrid: Sekotia
GORROCHATEGUI SANTOS, L. (2011): Contra Armada: la mayor catástrofe naval de la historia de Inglaterra. Madrid: Ministerio de defensa.