¿Desde cuándo existe España?

Ferran D’Antequera fue Rey de Aragón, de Valencia, de Mallorca, de Sicilia, de Cerdeña y de Córcega; duque de Neopatria y de Atenas; conde de Barcelona, del Rosellón y de la Cerdaña. Sí, todas esas cosas fue, pero también es una cuenta de Twitter que cuenta con más de 20.000 seguidores. Bajo ese pseudónimo se esconde un doctor de Historia que durante años se ha dedicado a examinar una ingente cantidad de fuentes primarias de la historia de España: crónicas, relaciones, proclamas, tratados, cédulas, capitulaciones, cartas, diarios, testamentos, sellos, monedas, mapas… En su blog podemos leer algunas de sus reflexiones, siempre acompañadas de una profusa documentación gráfica que pone el foco en las palabras y expresiones pertinentes, términos casi siempre susceptibles de ser malinterpretados o peor aún, borrados. Ferran D’Antequera nos regala a diario en forma de tuits su enorme conocimiento de la historia de España. Detrás hay muchas horas de trabajo y una generosa vocación pedagógica de incalculable mérito.

A lo largo de una serie de entradas (publicadas en la web de Academia Play) le iremos formulando unas cuantas preguntas que irá respondiendo manera extensa. En la entrada de hoy la primera pregunta…

1- Vale, sabemos que es una pregunta difícil, ¿Desde cuándo existe España?

Hola. Antes de todo, voy a realizar una aclaración sobre el término o palabra “Nación”.  Esta palabra es polisémica y tiene varias acepciones según recoge la Real Academia Española.

Nación

Del lat. natio-ônis “lugar de nacimiento”, “pueblo, tribu”

  1. f. Conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo Gobierno
  2. f. Territorio de una nación
  3. f. Conjunto de personas de un mismo origen, y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común.

Deberíamos clasificar la palabra nación en dos tipologías según sus acepciones y según el uso actual de la palabra. Así pues, hablaríamos de nación «cultural», que sería el significado tradicional, pero que cuenta con un significado «difuso» como lo es también la palabra «país», y que pueden ser válida tanto para una región, como para el territorio que la engloba. Por otro lado, estaría una tipología relacionada con las palabras «Estado» y «Soberanía», es decir, nación «política», acepción surgida de las ideas ilustradas que cristalizaron, a finales del S.XVIII tras la Revolución Francesa.

Así pues, históricamente la palabra nación tendría una significación “cultural” o de “procedencia”, pero con el liberalismo se produce una “asociación de esta palabra” con la de un “territorio soberano”, dado que la Nación según se empieza a recoger en las Constituciones de estos países, pasa a ser soberana del territorio, en substitución del monarca.

Pero lo que se produce no es la creación de las naciones, es decir “territorios soberanos”, lo que se produce es esa asociación de carácter político de la palabra nación. Y es esta acepción nueva (la nación «política») por la que en general entendemos hoy esta palabra. Tan clara es esa asociación, que hoy en día una dictadura por ejemplo es considerada también una nación. Es decir, no es necesario que la soberanía de un territorio resida en la propia nación.

1597. Hispaniae Regnum (Reino de España) por Giovanni Antonio Magini, Venecia.

Volviendo a la pregunta, podría ser muy breve en la respuesta y contestar que España como unidad política y territorial existe desde que fallece Juan II de Aragón en enero de 1479 y su hijo Fernando, que ya era Rey de Castilla, hereda la Corona de Aragón, surgiendo en consecuencia la Corona o Monarquía de España.  Fernando conjuntamente con su esposa, Isabel I de Castilla dota a su gobierno de un sistema de gestión global de sus territorios, creando con ese fin Consejos territoriales y temáticos, con lo cual se da pie al surgimiento de lo que hasta hace poco se conocía, y se estudiaba, como primer Estado Moderno, y que ahora lamentablemente es negado mientras se da pie a la confusión constante mediante el mal uso de términos como Monarquía Compuesta, unión dinástica, etc. Eso sería hablar del surgimiento de España como nación “política”. Dejando claro que, con el triunfo del liberalismo, tras la Revolución Francesa, y la independencia de los Estados Unidos, lo que se produce no es el nacimiento o creación de las Naciones, lo que se produce es una asociación del término Nación, que hasta entonces tenía otras acepciones, con un Territorio Soberano, al pasar la soberanía de los monarcas a la propia nación. Esta palabra sigue siendo polisémica, aunque lo que entendemos hoy por tal es la de un Estado-Soberano, independientemente de que la nación sea soberana o no lo sea.

Obviamente España como nación “cultural”, es anterior y fruto de un proceso histórico y particular que se da en la Península Ibérica tras la caída del Reino de los Godos. 

Y esa sería una respuesta breve. No obstante, creo conveniente dar una respuesta mucho más larga, y espero de forma anticipada me disculpes por la extensión, dado que nos encontramos hoy en día con un grave problema interno en España que es la negación de nuestro país como entidad histórica. Problema que ya ha arraigado en la docencia de toda índole y se extiende de forma malintencionada por los actuales e incontrolables fuentes de desinformación, como acostumbran a ser las Redes Sociales. Y espero que me perdonen aquellas cuentas que no participan de esta mala difusión y trabajan en el sentido contrario, y que además son muchas, pero ya se sabe que las mentiras se venden mejor que las verdades, sobre todo entre aquellos ya predispuestos a comprarlas y darlas por ciertas.

Decía Margaret Thatcher, con gran acierto “Europa nunca será como América. Europa es producto de la historia. América es producto de la filosofía”

Así que ante tu pregunta es obligado comentar, en primer lugar, que nuestra España es fruto de la historia, como tantos otros países de Europa. No se puede hablar por lo tanto de una fecha determinada en la que nace “España”. Porque, de hecho, ¿de qué estamos hablando?, ¿desde cuándo se habla de España?, ¿desde cuándo es una unidad territorial? ¿desde cuándo existe una identificación hacia una comunidad a la que llamar España? ¿Desde cuándo se utiliza la palabra? Fíjate bien que el que podamos formular y responder cada una de estas cuestiones en lo que respecta a nuestro país, es un claro ejemplo y producto de la evolución que ha tenido la significación de España a lo largo de los siglos.

Ahora bien, es obligado comentar también, y en segundo lugar, que asistimos de forma lamentable en las últimas décadas a una especie de “politización” de la historia en la que la difusión y justificación de determinadas ideologías parecen primar por encima de la realidad de los hechos acontecidos, y por supuesto, también, de las realidades históricas de cada época. Esta politización busca la reinterpretación, y en verdad la mala reinterpretación de históricos conceptos políticos, creando una gran confusión entre el mundo académico en general y entre aquella población con cierto interés por conocer la historia de su país. Y por último es utilizada por gente con escasa preparación académica y con claras lagunas culturales, pero con un gran afán en defender su ideología por lo que no dudan en aumentar el esperpento inicial que ha surgido del mundo académico o por parte de supuestos especialistas en historia, ya sea añadiendo falacias, como mutilando parcialmente sus fuentes. Estos últimos los podemos ver y leer cada día en las redes sociales, lo cual no pasaría de anecdótico, dado que en las mismas se cita gentecilla y gentuza de todos los colores, si no fuera porque algunas cuentas son incluso aplaudidas por algunos medios de comunicación.

Es por ello que hoy en día nos encontramos en medio de debates tan absurdos como el tener que justificar que España ya existía como unidad territorial y política en fechas anteriores (y curiosamente tan diversas) como 1716, 1812 e incluso tan escandalosa como 1978.

Los autores especializados y académicos que se posicionan por defender este esperpento, lo hacen en base a una serie de “justificaciones” y “postulados” que curiosamente únicamente aplican a España, cuando podrían aplicarse a la mayoría de los países europeos. Ello unido a la orientación política de la que claramente alardean los susodichos nos evoca a lo ya indicado: se está anteponiendo la ideología a la realidad de los hechos acontecidos. Y es preocupante, dado que en esta difusión de la desinformación participan tanto personal docente, como personas que se autodefinen como historiadores o especialistas, y también gracias a los cacareados “hispanistas”, de los que no se nos debe nunca olvidar que su objetivo es vender libros, aún muchas veces por encima de difundir auténticas falacias históricas.

Si alguien quiere que le de nombres les puedo decir que hablo por ejemplo de José Álvarez Junco, de José Luis Corral, de Henry Kamen, y de la mayoría de mis colegas que ejercen en universidades catalanas anteponiendo su nacionalismo a la verdad de los hechos.

Una vez realizado estos obligados comentarios previos vayamos a intentar dar una respuesta, que va ser amplia dado que es preciso matizar varios conceptos y fases de la historia de España y que han sido explicados de forma errónea o dando pie a confusión por parte de los ya indicados.

Ahora preguntémonos ¿qué es España?

“Con el nombre de Ibería los primeros griegos designaron todo el país a partir del Rhodanos y del isthmo que comprenden los golfos galáticos; mientras que los griegos de hoy colocan su límite en el Pyrene y dicen que las designaciones de Iberia e Hispania son sinónimas y a sus partes las han llamado ulterior y citerior”. Estrabón, «

Geografía (III, 4, 19)

El término España en un inicio, con independencia de sus posibles etimologías, es utilizado por Roma para denominar a la Península Ibérica. En latín Hispania, en “romance” España. Es importante señalar que es la misma palabra, aunque hoy en día la historiografía utilice ambas de forma diferenciada, muchas veces de forma justificada, pero otras de forma abusiva y malintencionada.

España es una comunidad a la cual se manifiesta el pertenecer una población que es llamada desde fuera, pero también y autoreconocida por ella misma como española. Este sentimiento de pertenencia ha evolucionado desde un “etiquetaje” geográfico, hasta una identificación claramente cultural y política hacia un territorio también claramente diferenciado y soberano.

De España pues se puede hablar desde hace milenios, no obstante como ya se ha indicado  esta palabra ha ido evolucionando con el paso del tiempo.

¿Qué significa la palabra? No lo podemos afirmar con seguridad. De las posibles etimologías de Hispania-España, atendiendo al posible origen fenicio sería “tierra del norte” o “tierra de metales”

 “España viene del vascuence ezpaña”, es decir labio, según indicaba Miguel de Unamuno.

Gayo Valerio Catulo nos hablaba de la España cuniculosa (‘conejera’), es decir Hispania tierra de conejos, (también a través de un posible origen fenicio de la palabra) tal y como figura en las alegorías de monedas romanas.

Otra etimología curiosa es la siguiente:

El número de la Revue des Deux Mondes, correspondiente al 15 de mayo de este año (1902), traía un trabajo de M. Víctor Bérard sobre Los orígenes de la Odisea. En el mismo según Bérard la Isla Perejil, el islote con la que compartimos statu quo con Marruecos, y que por el cual mantuvimos un conflicto diplomático serio en 2002, es la que daría origen a la palabra España:

 “I-spanea no es más que la Isla de Kalypso, la Isla del Escondrijo, Perejil es la que era en un principio Ispania y no fue sino por error o por una extensión de sentido por lo que este nombre pasó al continente vecino”

La palabra Hispania-España desde sus inicios va evolucionando y pasa a significar desde una ubicación geográfica a una división administrativa de Roma, la Dioceseis HISPANIARUM. Y más tarde a una unidad política y diferenciada como es el Gothorum Regnum, que llega a asociarse al Spania Regnum.

Hispania era un concepto geográfico para asignar a la Península, pero en los últimos años del Reino Godo se vislumbra una tendencia a usar Hispania en sentido político como sinónimo para todo el reino . Este sentido político se encuentra sobre todo en las obras de Isidoro de Sevilla y de Julián de Toledo.

Después la palabra España también es utilizada para evocar la pérdida de este Reino, creándose una comunidad a la que se manifiestan pertenecer por parte de los reinos cristianos surgidos durante el periodo denominado «Reconquista», y finalmente para denominar a  la reunificación o restauración de la pretendida unidad.

En todo este proceso evolutivo España seguirá siendo también la Península hasta que se comienza a utilizar de forma más amplia el término Península Ibérica a partir del S.XVIII. Nos encontramos que con la Unión de Castilla y Aragón existe una España “geográfica”, una España “cultural” (o pertenencia a una comunidad que comparte un pasado común)  y finalmente una España “política” que se produce con la unión de ambas Coronas,  y que inicialmente no incluía ni a Navarra, ni a Portugal, ni a Granada, los cuales eran los deditos que según Pedro Martir de Anglería, cortesano al servicio de los Reyes Católicos,  le faltaban a la Corona de España.

De estas «tres» Españas, finalmente quedará una que es la España «política» que acabará diferenciándose de la España «geográfica». Esta última pasará a denominarse Península Ibérica. La España «politica» no va a incluir más a Portugal tras su separación en 1640, quedando también debido a ello la España «cultural» desligada de nuestro país vecino y ya vinculada únicamente con lo que hoy llamamos España.

Observemos las siguientes citas para verificar esta evolución:

“Los hispanos tienen preparado el cuerpo para la abstinencia y la fatiga, y el ánimo para la muerte” Pompeyo Trogo S.I a.C

En el S:II d.C,, el lusitano Cayo Apuleyo Diocles, gladiador famosísimo,  era inmortalizado en una lápida en Roma, en la que se indicaba que era de NATIONE HISPANO

El obispo hispano-romano Hidacio, testigo de la caída de Roma en Hispania:

“Los bárbaros que habían penetrado en las Españas, las devastan en lucha sangrientas”

Referente a Spania, provincia bizantina S.VI-VII, existe la llamada Lápida de Comenciolo que se encuentra actualmente en el Museo Arqueológico de Cartagena,

“Quien quiera que seas, admira la difícil altura de estas torres, el vestíbulo de la ciudad, fortificado con una puerta doble, y, a derecha e izquierda, los dos pórticos, y los arcos a los que se superpone una cámara curva y convexa. El patricio Comenciolo, enviado por el emperador Mauricio contra los enemigos bárbaros, mandó hacer así todas estas cosas. General del ejército de Hispania, y grande por su valor, así Hispania siempre se alegrará por tal gobernante, mientras los polos giren y el sol circunde el orbe. Año VIII de Augusto. Indicción VIII. (años 589-590 d.C.)”

San Isidoro de Sevilla en su Laus Spaniae del año 624:

“Eres, oh España, la más hermosa de todas las tierras que se extienden del Occidente a la India; tierra bendita y siempre feliz en tus príncipes, madre de muchos pueblos. Eres con pleno derecho la reina de todas las provincias, pues de ti reciben luz el Oriente y el Occidente. Tú, honra y prez de todo el Orbe; tú, la porción más ilustre del globo. En tu suelo campea alegre y florece con exuberancia la fecundidad gloriosa del pueblo godo.”

Declamación de San Julián, Arzobispo de Toledo, del año 673. San Julián recoge la rebelión del general  Flavius Paulus contra el Rey Wamba.

“¿Dónde está aquella satisfacción intolerable, con que decías a todo el mundo que para resisitir a un puñado de tus hombres no bastaba toda la nación Hispana?”

“Acuérdate que en tus delirios se movió contra ti un ejército no de toda Hispania, sino de un solo rincón de este Reino, y luego (…) Los hispanos con su Rey supieron vencerte: supieron domarte y sujetarte”.

Crónica de Alfonso III, del año 866:

“Confiemos en que en esta pequeña colina esté la salvación de España, y la restauración del ejército godo»

Historia legionensis, siglo XII:

“Diré cuánta decisión hubo [en Alfonso] para acrecentar el reino de España y luchar contra los bárbaros, enumerando cada una de las provincias arrancadas de sus sacrílegas manos y devueltas a la fe de Cristo”

Crónica compostelana S.XII:

(La Reina Urraca) se postró en el suelo y extendiendo las manos elevó al Señor esta oración con piadoso afecto: “…te pido suplicante y te ruego que el Reino de España, heredado felizmente de mi padre Alfonso, pero después gravemente desolado y perturbado por todas paretes por el cisma del tirano aragonés ”

“Fuertemente quiso Dios a España honrar,

cuando al santo apóstol quiso aquí enviar;

de Inglaterra y Francia la quiso mejorar,

sabed, no yace apóstol en todo aquel lugar.

Como es la mejor de sus vecindades,

así sois mejores los que en España moráis,

sois hombres sesudos, mesura heredáis,

de esto por todo el mundo mucha fama ganáis”

Poema Fernán González – Elogio a España. S.XIII

Haciendo referencia a la batalla de las Navas de Tolosa, 1212 en la “Estoria de España d’Alfonso X de Castella, S.XIII” se  pone en boca de Alfonso VIII de Castilla la siguiente manifestación:

“Apartose otro dia con los de Aragón et portogaleses et gallegos et asturianos, essos que y vinieron, et dixoles así el rey don Alfonsso, Amigos, todos nos somos ESPANNOLES et entraronnos los moros la terra por fuerça et conqueriennosla”

También en la misma Estoria de España encontramos la siguiente loa:

“Entre todas las tierras del mundo Espanna a una estremança de abondamiento et de bondad más que otra tierra ninguna ¡Ay Espanna! non a lengua ni engenno que pueda contar tu bien […]”.

Muntaner en su crónica 1325-1332:

“Pues estos cuatro reyes que él nombraba de España, los cuales son una carne y una sangre, marchasen acordes, poco habrían de temer a cualquier otro poder del mundo”

Referente al Concilio realizado en Constanza en 1414 se habla y se convoca a las cinco naciones que componen Europa Inglaterra Alemania Francia Italia y España. Al respecto los embajadores catalanes dirigiéndose al Rey de Aragón citan pertenecer a la Nación de España.

Observando estas manifestaciones de diferentes momentos de la historia de la Península observamos que hay una evolución de la palabra España desde una ubicación geográfica hacia la idea de pertenencia de una comunidad, que es la que se manifiesta durante la Edad Media y que tan extensamente recogía José Antonio Maravall en Concepto de España en la Edad Media de 1964

Observemos ahora un claro salto distintivo en cuanto al uso de la palabra España, que es el uso del mismo para una entidad territorial en la que no estaba Navarra, o Portugal. Es decir, hay una España “política”, otra que es la “cultural” que incluye a todos los reinos cristianos no incorporados a la surgida unidad, e incluso una España “geográfica” que sigue siendo la Península Ibérica, es decir su uso inicial.

Luis Correa, escribe en 1513: La Conquista de Navarra por el Duque de Alba

“Y el Señor de Lizaru (de Guipúzcoa) arremetió con gran alegría diciendo ¡España, España!”

Según el mismo Correa el Duque de Alba en 1512 se dirigía así a los pamploneses:

“Rey Católico de España, mi señor…” y “no es menester que lo diga yo, Dígalo España”

Otra referencia significativa de Juan de Valdés que en 1535 escribe su Diálogo de la lengua.

“Portugal está apartada de la Corona España”

Más referencias en las que se manifiesta un sentimiento que sobrepasa el meramente geográfico

«La Araucana», 1569, de Alonso de Ercilla

 «Suenan voces de victoria: ¡ESPAÑA! ¡ESPAÑA!”

En el diccionario de 1611 “Tesoro de la lengua castellana o española de Sebastián Cobarrubias”. Pág. 560. Se da el siguiente significado para la palabra nación:

“NACION, del nombre lat. natio, is. Vale Reyno, o Provincia estendida, como la nación Española”

1598. Lope de Vega en «La Dragontea». «¿Por qué te falta, España, quien lo diga?»

Cervantes en «la gran sultana«: «Español sois sin duda..Y lo soy, lo soy..y aún después de muerto 80 siglos»:

Calderón de la Barca, 1640 “El sitio de Breda”: «los Españoles nunca vuelven con cobarde infamia de adonde una vez llegaron»

En Historia de los Hechos del serenísimo Señor Don Juan de Austria, en el Principado de Catañuña, parte I, escrita por Francisco Fabro Bremundan, se citan hechos de 1652 en la hoy ciudad de Tarrasa (Barcelona) en los que se recogen que la juventud de esta entonces Villa, gritaban a la voz “Viva España” mientras ondeaban bandera con la Cruz de Borgoña.

En 1707 se publica en Barcelona “Justicia y Conciencia en la causa del señor Carlos Tercero (Que Dios Guarde) arregladas según toda ley natural, divina y humana. Ajustadas Para el tribunal de Dios y de los Hombres. Presentadas por los fieles, leales y verdaderos españoles.”

En 1701 se publica Nenias Reales por la muerte de Carlos II, escrito por catalanes. En la descripción de los territorios de varias corona europeas se aclara que Portugal no es España. Se verifica que se ha producido una separación de lo que es España como Península, de España como Unidad Política…

Nenias Reales por la muerte de Carlos II

Pedro Rodríguez de Campomanes, quien llegó a ser Presidente del Consejo de Castilla se dirigía de esta forma a un valenciano, en 1777 “Todos somos españoles, formamos una misma nación”

En las Cortes de Cádiz. Muñoz Torrero «Estamos hablando como si la nación española no fuese una, sino que tuviera reinos y estados diferentes» Y sólo somos una. Es menester que todas estas divisiones (antiguo régimen) deban desaparecer con el objeto de garantizar la igualdad.

A partir de estas citas, quedaría claro que España como nación “cultural” existe desde hace siglos y, en fechas anteriores incluso a la de su unificación territorial.

También a través de los testigos recogidos queda evidente que existe una entidad política desde finales del S.XV, que puede o no incluir a Portugal y de la que se manifiestan formar parte sus habitantes, siendo así reconocidos también en el extranjero

A pesar de ello desde el ámbito de los “susodichos” (aquellos que niegan la existencia histórica de España), se insiste en negar la evidencia. Ellos crean confusión al pretender explicar sistemas de organización de la Edad Moderna a partir de sistemas organizativos contemporáneos, pero, curiosamente aplicándolos únicamente a España. Con lo cual llegan al absurdo de que España no existía en fechas diversas y disparatadas tales como 1716, 1812 o 1978. Curiosamente nunca encontramos un debate entre partidarios de 1716 y los de 1812.

Es extraño también como los que nos dicen que España nace en 1716 por la aplicación de los Decretos de Nueva Planta (los cuales no parecen haber leído) no tienen reparos en afirmar que España les invadió. Es decir, un país que no existía hasta entonces les invadió… Realmente curioso.

En 1701 la Diputación del General se dirigía a Felipe V con la siguiente proclama “La Monarquía de España una, entera e indivisible”. No está nada mal, para una entidad que no existía.

También es curioso como puede nacer una Nación en cuanto alguien escribe en un papel que es soberana. Curioso porque si es así, España nace en 1812, desparece en 1814, resucita en 1820, desparece en 1823, renace en 1837…y por lo que tendríamos que decir que con Franco España no existía.

«La polisemia de nación lleva lastrando la capacidad de ponerse de acuerdo acerca del futuro del reino de España desde el momento mismo en que se aprobó la Constitución de 1978» Camilo José Cela

Se ha abandonado el querer entender, por parte de este mencionado sector de petulantes académicos y autoproclamados especialistas (que misteriosamente cuentan con una legión de seguidores ávida de permanecer en la ignorancia), que lo que hoy entendemos por un Estado Soberano (una nación en su acepción “política”), es un sistema “hijo” del liberalismo con el cual se implanta el Nuevo Régimen que disfrutamos actualmente y el cual pone fin a un sistema heredado del feudalismo. Las unidades políticas previas a la revolución francesa (o independencia de los EEUU), eran unidades perfectamente reconocidas por sus contemporáneos. Sí, eran unidades típicas del antiguo régimen, con un sistema de relaciones, legislación, administración, etc.… diferente a la mayoría de las naciones actuales. Porque estas unidades eran fruto de la historia y del proceso de unificación de cada uno de sus territorios, conservando a menudo las peculiaridades no sólo territoriales (y hablo también de ciudades), como también estamentales, en lo que se refiere a privilegios y libertades otorgadas por algún señor. Pero todo ello no significa que no existieran como unidades territoriales y políticas. En el S.XVII, por ejemplo, la Corona de España, o la de Francia eran consideradas unidades políticas, tanto es así que eran sujeto político en los tratados de paz.

Se empalaga hoy en día mucho el debate con el empleo abusivo de conceptos como monarquía compuesta, uniones dinásticas, etc.. Términos que deberían servir para ayudar a entender el antiguo régimen, pero que sin embargo son empleados, por parte del ya mencionado sector, para negar la existencia histórica de España (y curiosamente sólo de España..)

El primer historiador en utilizar la fórmula «Estado compuesto» (composite state) para referirse a las monarquías de los dos primeros siglos de la Edad Moderna fue Helmut G. Koenigsberger en 1975. Afirmó, que «la mayoría de los Estados del período moderno fueron Estados compuestos [o de Dominium politicum et regale], los cuales incluían más de un país bajo el dominio de un solo soberano» (¡Ojo! la mayoría…) y a continuación clasificó estos Estados en dos categorías: los Estados compuestos separados entre sí por otros Estados o por el mar, como la Monarquía de los Habsburgo españoles, la monarquía de los Hohenzollern de Brandeburgo-Prusia, o la corona inglesa (Sí, Inglaterra…) y los Estados compuestos continuos como Piamonte y Saboya o Polonia y Lituania. Entre estos últimos Elliott añade la Francia de los Valois y de los Borbones con su «mosaico» de pays d’élections y pays d’états (Sí, Francia…)

Después se ha utilizado más el término monarquía compuesta que el de «Estado compuesto», aunque algunos historiadores prefieren utilizar sus propias categorías como «reinos múltiples» (multiple kingdoms) o incluso el de «conglomerado dinástico» (dynastic agglomerate)

Entendemos a partir de los «impulsores» de estas categorías de «Monarquía Compuesta» «Uniones dinásticas» observamos que se aplican a prácticamente todas las coronas europeas de entonces, no únicamente a España, Sí, Inglaterra y Francia también.

¿Entonces por qué se pretende negar la existencia de España a partir de etiquetas «artificiosas» que podían ser también aplicadas a entidades de las cuales nadie pone en duda su existencia? Y es que de hecho estas categorías rebuscadas y utilizadas para clasificar a las monarquías de la época no sirven. ¿Por qué? Porque ninguna unidad realmente se parecía a otra. Todas eran producto de su propia historia. No se puede comparar la Corona de España con la llamada Mancomunidad Polonia-Lituania. Quizás, aún, con Francia, y también respecto a ella se mantenían diferencias.

Volviendo al inicio, ni tener diferentes fueros, diferentes cortes o parlamentos o asambleas, ni tener fronteras internas, ni ser Rey en un sitio y Conde en otro territorio de la misma Corona, quería decir que una determinada entidad no existiese. Lo fácil es hablar de que aquello era el Antiguo Régimen herencia de la historia y expansión feudal, y dejar de marear al personal con comparaciones actuales, ya que se está malinterpretando gravemente nuestro pasado y estamos llegando al absurdo de negar España en el S.XVI cuando precisamente por entonces era la primera potencia mundial.

Yendo más allá varios autores contemporáneos pretender querer explicar el Antiguo Régimen mediante modernidades como «Estado federal, confederación.» y rizando más el rizo, como en el caso de España, rebautizándola con otro nombre por el cual no la conoció nadie por entonces. Hablo de denominar a la Monarquía de España con el nombre del aberrante Monarquía Hispánica. Término que debería ser substituido por los utilizados en la época, ya sea Imperio Español, o de forma más clara, con el de Monarquía de España.

Hemos visto que España es producto de la historia y en cuanto a su acepción “cultural”, al igual que en el caso de la mayoría de naciones europeas supone un apuro el establecer fechas.  No obstante, y en cuanto al surgimiento de la España “política” si que podemos aportar algunas fechas concretas en las que a partir de entonces se produce un hecho significativo. La más significitaiva si cabe se da en 1479 cuando tras fallecer Juan II se unen las Coronas de Aragón y la de Castilla, y se crea la Corona o Monarquía de España (o de las Españas), como una entidad territorial en sus inicios, pero que irá evolucionando a partir de entonces en la creación de una entidad reconocible tanto en las Coronas extranjeras, como a nivel interno

Así pues, es a partir de los Reyes Católicos cuando podemos hablar de España como unidad territorial y política. Sin embargo, recordemos que ellos se consideraban restauradores, no fundadores de España. Y es que no podemos explicar nuestra historia desligándola radicalmente del periodo llamado Reconquista, como tampoco del Reino Godo que simboliza la España perdida que se pretende recuperar.

El canónigo de Gerona Andreu Alfonsello, dijo que, con Fernando el Católico, comenzaba “el seu imperi de les Espanyes”

Fernando fue saludado como “señor emperador de Spanya” por su baile general en Valencia, Diego de Torres”

El barcelonés Miquel Carbonell, en su única carta en castellano, a los pocos día de fallecer Juan II de Aragón, llamaba a Fernando “señor Rey e Príncipe de las Spanyas”.

Los Consellers de Barcelona, en referencia a los sevillanos, afirman que ahora todos los vasallos de Vuestra Alteza “reputam per iermans nostres” (los tenemos por nuestros hermanos).

En 1493, el Consell de Cent, se refiere a don Fernando como el “Rey de Spanya, nostre señor.”

Los jurados del Reino de Valencia, en 1479 “serem en frandissima bienaventurança e preservats de molts e infinits dans que de primer, per no esser Spanya juncta ab la dita casa sernissima de Aragó, erem molt calumniats e vexats…”

Joan Margarit i Pau, Obispo de Gerona i Cardenal en su obra “Paralipomenon Hispaniae” de 1479 dice “Subiendo al trono de vuestros padres y progenitores habéis devuelto con vuestro lazo matrimonial á las Españas Citerior y Ulterior, aquella unidad que desde el tiempo de Romanos y Visigodos se había perdido, y no lograron recobrear en medio de su agitación incesante”.

Nebrija en 1492, en el prólogo de la Gramática de la lengua castellana dice “En la fortuna y buena dicha de la cual, los miembros y pedaços de España, que estaban por muchas partes derramadas, se reduxeron y aiuntaron en un cuerpo y unidad de Reino, la forma et travzón del cual, así está ordenada, que muchos siglos, injuria et tiempos no la podrán romper ni desatar (…)”

Maese Rodigo Fernández de Santaella y Córdoba (1444-1509) en una dedicatoria a Isbael la Católica dice “Al esclarecida Reyna de España, nuetrra señora, … Por quien España ha recobrado la corona, fama y gloria entre todas las naciones…”

El gran capitán se dirige desde Seminara a los Reyes Católicos, 1495, como “A los muy altos y muy poderosos reyes y señores el rey y reina de España mios señores.”

En el año 1514, el Consejo de Ciento de Barcelona, en una carta de los magistrados municipales de Barcelona al Gobernador General de Languedoc “somos súbditos y vasallos del  Rey de España, nuestro señor”

En el Tratado de Blois de 1505 por el cual se acuerda el matrimonio de Germana de Foix con Fernando el Católico, él es mencionado como Rey de España.

Parece pues comprobado que para los contemporáneos de los Reyes Católicos se crea la Monarquía de España.

Siguiendo referencias inmediatamente posteriores:

El barcelonés Tarafa (1495-1565) deja por escrito que El Rey de don Fernando fue Rey de España desde 1479 muerto su padre Juan II en ese mismo año.

El navarro Juan de Palafox (1600-1659), hablando sobre la Monarquía de España según se recoge en “Semanario Erudito que comprehende Varias Obras Inéditas, Criticas, Morales, instructivas…” que fue publicado en 1787 dice:

“Y así puede decirse que esta Monarquía de España la zanjó la sabiduría, y gran juicio de Fernando el Católico, la formó el valor y zelo de Carlos V, y la perfeccionó la justicia y prudencia de Felipe II”

Informe de verdaderas noticias per a lo maior benefici, quietut y gloria de Catalunya, de 1690 “La emulación que se advierte entre la nación española y la francesa le viene a la Corona de Castilla por su unión a la Corona de Aragón, que antes de esto, muy amigos sólían ser los Reyes de Castilla con los de Francia. Nosotros les hemos encaminado a esta enemistad, y con nuestra unión se ha hecho a los demás españoles naturales de forma”

En las Cortes celebradas en Barcelona, en 1706 por el pretendiente a Rey de España, el Archiduque Carlos, se recoge una declaración de la sucesión a la Monarquía de España. En ella se habla de la “dichosa continuación de los gloriosísimos Monarcas de la Augusta Casa de Austria … con la unión de Felipe con la hija de Fernando Rey de Aragón y de Isabel Reina de Castilla, los cuales habían gobernado la Monarquía de España.

En 1709 Feliu de la Penya e sus anales de Cataluña dice

“Isabel, Madre Universal de la Monarquía Española” . “Fernando, el Rey ejemplo de Reyes, artífice diestro de la poderosa y célebre Monarquía Española”

En 1760 en el memorial de agravios entregado a Carlos III por parte de los antiguos de la Corona de Aragón se comenta:

“Se unió el Consejo de Aragón al de Castilla, que parece debiera ya llamarse de ESPAÑA, así como después que se unieron en los señores Don Fernando y Doña Ysabel ambas corona se llamaron, y se llaman, reyes de España”

Debería quedar meridianamente claro que para los contemporáneos a los Reyes Católicos sí se unió España, como también ara las generaciones inmediatamente posteriores. El misterio es porque para los del susodicho grupo no fue así.

Es evidente que para los contemporáneos de Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, España si era una unidad territorial. Pero también una unidad política. Como ya hemos dicho los Reyes Católicos se crean una administración global de sus territorios mediante la creación de Consejos territoriales, como el de Aragón, o temáticos como el de Inquisición. Más tarde con Carlos V surgirá el de Estado. Así había un gobierno común para todos los territorios, y en definitiva una política común para los mismos, un ejército común, una actividad diplomática común, etc. La Corona de España es a partir de entonces la que estará en guerra o firmará la paz con las otras potencias extranjeras.

Revisemos algunas citas más al respecto.

Cortes de Toledo, 1480

“Pues por la gracia de Dios, los nuestros Reynos de Castilla y de León y de Aragón son unidos, y tenemos esperanza que por su piedad de aquí en adelante estarán unidos, y permanecerán en nuestra corona Real. Que así es razón que todos los naturales de ellos traten y comuniquen en sus tratos y facimientos”.

Francesco Guicciardini, embajador florentino en España en tiempos todavía de Fernando el Católico, al que por supuesto conoció y se entrevistó, llegó a escribir Relazione di Spagna (Relaciones de España), un lúcido análisis de las condiciones socio-políticas de la Península Ibérica. Guicciardini escribía en 1537-1540 en su obra “Historia de Italia” en referencia la unión de los Reyes Católicos. “El título de Rey de España era común, los embajadores eran en común, las guerras se administraban en común … el gobierno era común”

La Política española se describe perfectamente en un libro del mismo nombre (Política Española) publicado en Logroño en 1619 por el Maestro Fray Juan de Salazar. En el mismo se detallan los Consejos que constituyen la organización del gobierno de la Monarquía de España.

Antes he citado antes como Valdés en 1535 en su Diálogo de la lengua, cita que Portugal está apartada de la Corona de España. Diferenciación que se aprecia y se recoge ampliamente en la documentación extranjera de la época.

Una vez separado Portugal de España nos encontramos con por ejemplo con un documento publicado en Barcelona en 1691 y dirigido a la Diputación del General de Cataluña (la Antigua Generalidad), y que lleva por nombre el siguiente:

“Procedimientos de los oficiales del ilustrísimo y fidelísimos señores deputados y Oydores de Quentas del General del Principado de Cataluña en la aprehensión de diferenes mercadurias, halladas sobre dos Caravelas Portuguesas, por no aver sido manifestadas”.

Bien pues en el mismo documento se advierte a la Diputación del General de “no contravenir dichos procedimientos a los tratados de las Paces entre las Corona de España y Portugal”.

Jerónimo de Quintana, 1629 “A la muy antigua, noble y coronada villa de Madrid: historia de su antigüedad, nobleza y grandeza” cita en referencia a la Monarquía de España “Y toda esta Monarquía, Imperio y Reinos,se gobiernan y rigen desde Madrid, corazón de ellos”

Estos son referencias, no obstante, es sencillo el comprobar como la Corona de España era sujeto político revisando los tratados de paz entre España y otra Corona. Así como también buscar un mapa político de la época y comprobar que España figura en el mismo.

Por último dejo un fragmento de Julián Marías publicado en El País en 1978 a cuenta del término “nacionalidades” que se incluye finalmente en el texto de la Constitución y que sigue generando controversia hoy en día:

“España ha sido la primera nación que ha existido, en el sentido moderno de esta palabra; ha sido la creadora de esta nueva forma de comunidad humana y de estructura política, hace un poco más de quinientos años -si se quiere dar una fecha representativa, sería 1474- Antes no había habido naciones: ni en la Antigüedad, ni en la Edad Media habían existido; ni fuera de Europa. Ciudades, imperios, reinos, condados, señoríos, califatos; naciones, no. Poco después de que España llegara a serlo, lo fueron Portugal, Francia, Inglaterra; con España, la primera «promoción»; más adelante, Holanda, Suecia, Prusia;. en un sentido peculiar, Austria, y desde fines del siglo XVII empieza a germinar algo así como una nación dentro de Rusia. Italia y Alemania no llegan a ser naciones hasta hace un siglo (aunque se sentían ya así, social si no políticamente, mucho antes, y verdaderamente lo eran). Políticamente, las expresiones «Monarquía española» y «Nación española» han precedido largamente a «España». El Tesoro de la lengua castellana o española, de Sebastián de Covarrubias (1611), da esta definición: «NACION. Del nombre latino natio, is, vale reyno o provincia estendida, como la nación española.» Ricardo de la Cierva, en un artículo impecable, acaba de recordar lo que ha sido siempre, cuantitativamente incluso, el uso constitucional de las expresiones «Nación» y «Nación española»”.

Finalizando, podemos hablar pues de una unidad política y territorial llamada España desde los Reyes Católicos, no obstante, como decía Emilio Castelar, quien fue presidente de la República Española.

“Asturias, como en tiempo de Pelayo, es la bellota que encierra la encina de nuestra nacionalidad”.

 Y como advertía Sánchez-Albornoz:

“Sin la Reconquista, nuestra historia moderna sería inexplicable. Porque esa gran aventura afirmó nuestro talante nacional”.

Antes de que te vayas…

¿Te gustan nuestros contenidos?

Scroll al inicio