En ocasiones, existen enigmas indescifrables que superan incluso a las mentes más preparadas. Estamos hablando del manuscrito Voynich, un extraño documento escrito en el siglo XV en una lengua que nadie ha logrado traducir. ¿Qué trataba de decirnos su creador o creadores? ¿Es acaso un libro maldito? ¿Posee poderes sobrenaturales? ¿Qué misterios se esconden tras sus páginas?
¿Qué es el manuscrito Voynich?
Al hablar del misterioso manuscrito Voynich, hacemos referencia a un extraordinario libro ilustrado datado del siglo XV, de autoría desconocida y escrito en una lengua indescifrable de alfabeto no identificado. A través de la técnica de datación por carbono 14, se ha determinado que fue realizado entre los años 1404 y 1438. Este es, de hecho, el único dato fiable del que disponemos de esta enigmática obra. Pero, ¿qué incógnitas rodean a este manuscrito? ¿Por qué ha acaparado tanto la atención de investigadores y amantes de lo oculto?
Tras analizar la obra concienzudamente, se ha constatado que posee unas 240 páginas, algunas con hojas plegables de diferentes tamaños. Pero quizás lo más inquietante son sus profusas ilustraciones, las cuales incluyen una temática muy variopinta: plantas y hierbas de origen desconocido, diagramas astronómicos y zodiacales, contenedores farmacéuticos y quizás lo más desconcertante de todo, unos sistemas complejos de tuberías y bañeras donde se encuentran figuras femeninas desnudas. ¿Qué significa todo esto? ¿Tal vez se trata de algún mensaje ignoto?
Pero existen todavía más interrogantes. El idioma utilizado para su escritura ha sido bautizado como «voynichés«, estudiado por criptógrafos, descifradores de códigos, lingüístas y aficionados de todo el mundo, sin por ahora arrojar ningún resultado concluyente. Las teorías que manejan los expertos apuntan a la existencia de algún dialecto desconocido, un cifrado altamente sofisticado o directamente una broma alocada sin demasiado sentido. Sea como fuere, este misterio aún presente ha atraído enormemente al imaginario popular, atribuyéndosele todo tipo de especulaciones y conspiraciones.
Breve historia
Hay quienes han investigado el rastro del manuscrito Voynich a lo largo de la historia con el objetivo de esclarecer sus enigmas ocultos. El análisis de su estilo, escritura así como sus ilustraciones, hacen creer que sus orígenes se encuentran en algún lugar de Europa central, en la actual Alemania o en el norte de Italia. Pero la eterna pregunta de quien o quienes idearon semejante trabajo es un dato sin resolver. Se piensa que Rodolfo II del Sacro Imperio Romano Germánico (1552-1612) adquirió en algún momento el manuscrito Voynich por 600 ducados de oro, aunque no existen registros de tal operación.
Posteriormente el libro pasó a manos de uno de sus consejeros más leales, el médico y farmacéutico Jacobus de Tepenec, cuya firma se conserva de forma muy leve en el primer folio. Quizás este documento le fuera concedido por el emperador con la esperanza de que hallase algún tipo de respuesta, dados sus amplios conocimientos en la materia. Tras su muerte en 1622, el manuscrito de Voynich fue donado a los jesuitas de Praga y Melnik. El nuevo dueño del enigma escrito fue George Barschius, el cual envió una transcripción parcial del mismo al insigne jesuita Athanasius Kircher.
A la muerte de Barschius, el manuscrito pasó a Johannes Marcus Marci, profesor de la universidad de Praga. Pocos años después, Marci envió el libro al propio Kircher, con quien mantenía una estrecha relación de amistad. Quizás en esta ocasión, alguien podría desentrañar la caja de sorpresas que se hallaba dentro del misterioso manuscrito Voynich. No obstante, a pesar de los esfuerzos, ni Marci ni Kircher pudieron hacer nada por resolver el misterio. Dentro del manuscrito, se conservó una carta de Marci fechada entre 1665-1666 escrita en latín dedicada a Kircher, en la que le expresaba sus dudas.
En 1651, se realizó una donación al Colegio Romano de jesuitas consistente en una colección de artículos, cuya regencia fue encargada al propio Kircher. Décadas más tarde, esta colección fue trasladada al museo del Colegio Romano como atestigua Filippo Buonannise, su nuevo protector. Posiblemente, el manuscrito Voynich entrara a formar parte de este complejo, perdiéndose su memoria en el tiempo. Por diversos avatares, logró sobrevivir a las confiscaciones del rey italiano Victor Manuel II de 1873. El manuscrito acabó en el Colegio Mondragone de Frascati, muy cerca de Roma, cuando fue trasladada la biblioteca privada de Petrus Beckx, superior general de la Compañía de Jesús.
Descubrimiento por Wilfrid M. Voynich
A principios del siglo XX, el colegio de jesuitas vendió su colección al Vaticano en una transacción que no se completó hasta 1912. Aquí entra en escena Wilfrid Michael Voynich, del cual toma el nombre el manuscrito que ya conocemos. ¿Pero quién fue este personaje? Voynich nació en el territorio del Imperio ruso en 1865. En su edad adulta, se convirtió en anticuario y comerciante de antigüedades, abriendo su negocio en Londres en 1900. A partir de entonces, mostró un gran interés por los «libros desconocidos, perdidos o no descritos«. Más tarde, hizo el que quizás fuera su mayor descubrimiento.
En 1908, Voynich adquirió una librería de anticuario en Florencia (Italia). Fue precisamente en esta ciudad, cuna del Renacimiento italiano, donde había trabajado el padre jesuita Joseph Strickland. Él era ex-alumno del Colegio Mondragone de Frascati. Por recomendaciones de Joseph Strickland, entre 1911 y 1912, Voynich se hizo con un gran volumen de obras procedentes del Colegio Mondragone (alrededor de 30 libros y 380 manuscritos), siempre y cuando este acuerdo permaneciera en la más estricta confidencialidad. El famoso comerciante decidió llevarse su reciente adquisición a Londres.
Después de la Primera Guerra Mundial, Voynich se trasladó a Estados Unidos y con él, el manuscrito Voynich. Conocido como el «manuscrito cifrado de Roger Bacon», fue presentado en el Colegio de Médicos de Filadelfia en 1921. A la muerte de Voynich en 1930, el misterio seguía intacto. Le sobrevivió su mujer Ethel, quien se encargó de enviar unas fotografías del famoso manuscrito a Henri Hyvernat, profesor de la Universidad Católica de Washington. Como era de esperar, Hyvernat mostró una gran fascinación por este hallazgo único, al igual que su asistente Theodore Petersen.
Fue este último quien realizó a mano una transcripción completa del manuscrito, cuyo original acabó en poder de la secretaria de Voynich, Anne M. Nill. El siguiente propietario de la lista corresponde a Hans Peter Kraus, superviviente del Holocausto y bibliófilo estadounidense, quien lo adquirió en 1961 por un valor de 24.500 dólares de la época. Después de pasar por numerosos dueños e instituciones, a finales de los años 60, el manuscrito fue donado a la Biblioteca Beinecke de Manuscritos y Libros Raros, perteneciente a la Universidad de Yale (Connecticut, EE.UU.) donde permanece hasta el día de hoy.
A petición del doctor Stephen Skinner, en 1976 se realizó una primera copia de este documento en microfilm. Más recientemente, entre 2004 y 2014, se procedió a su digitalización en color y las imágenes fueron puestas a disposición del público en la página web de la biblioteca. En diciembre de 2015, una editorial española llamada Siloé con sede en Burgos, fue la elegida para realizar una edición facsimilar del manuscrito Voynich. Casi dos años después, se culminó la que sería la única réplica íntegra del citado documento, del que saldrían 898 ejemplares para su libre circulación.
Explicaciones e hipótesis
Tras repasar esta breve trayectoria, cabe preguntarnos cual es el verdadero significado del manuscrito Voynich. A lo largo de los años, han surgido toda clase de interpretaciones. Algunas de ellas bastante inverosímiles y poco creíbles (viajes en el tiempo, universos paralelos, entidades sobrenaturales, extraterrestres, etc). Pero dejando a un lado teorías desquiciadas y ajustando los datos disponibles, se ha podido comprobar que fue escrito sobre pergamino fino (vitela), posee un total de 232 páginas (algunas se han perdido), centenares de dibujos y 37.919 palabras con 25 letras o caracteres distintos. Así mismo, se desconoce el título, el autor y la fecha en que fue realizado.
En cuanto al tipo de letra empleado para su elaboración, sería de tipo cursivo humanístico en caracteres latinos, muy propia de la Europa de mediados del siglo XV y principios del siglo XVI. Han sido muchos los que han intentado descifrar el contenido del manuscrito mediante el empleo de toda clase de técnicas, sin mucho éxito. Algunos como el profesor Willian R. Newbold, de la Universidad de Pensilvania, acabaron trastornados al tratar de hallar algún significado. Esta lengua ininteligible se ha bautizado como «voynichés«, ya que no se parece a nada conocido. La inteligencia artificial ha determinado que el hebreo es la lengua de escritura más probable. No obstante, solo son hipótesis.
¿Y qué se esconde tras el manuscrito Voynich? Quizás lo que más llama la atención al echar un vistazo a este documento, son sus extrañas ilustraciones. ¿Se trata de relatos esotéricos sobre ciencias ocultas? ¿Las plantas, astros y mujeres desnudas son acaso símbolos alquímicos? Y otra pregunta intrigante: ¿quién o quiénes lo escribieron? Algunas teorías apuntan a Roger Bacon, intelectual inglés del siglo XIII, como posible autor del manuscrito. Aunque esto no concuerda con los datos obtenidos por radiocarbono 14. Otros dicen que es obra de los cátaros (movimiento religioso presente en Europa entre los siglos XI-XIII), del arquitecto Filarete del siglo XV, o incluso del mismísimo Leonardo da Vinci.
Pero también puede que todo este enigma sea una broma pesada orquestada por John Dee, mago, matemático y aficionado al ocultismo. Este misterioso personaje podía haber creado el manuscrito Voynich junto a su socio Edward Kelley hacia 1580, con el firme propósito de engañar a Rodolfo II del Sacro Imperio y obtener a cambio una suculenta ganancia. Sin embargo, esta interesante teoría presenta sus propias lagunas. Además de por la antigüedad del citado manuscrito (primera mitad del siglo XV), los supuestos impostores habrían de haberse tomado demasiadas molestias. Lo que sí parece casi seguro es que fue realizado por un solo autor, teniendo en cuenta su trazo fino, seguro y fluido.
Custodia
A día de hoy, sigue siendo un interrogante todo lo concerniente al manuscrito Voynich. Como curiosidad, actualmente se conserva una copia en el Museo del Libro en la ciudad de Burgos (España), donde cualquier curioso puede echar un vistazo a sus increíbles ilustraciones con total libertad. En cambio, el original sigue custodiado en la Biblioteca Beinecke de Manuscritos y Libros Raros, a la espera de que algo o alguien pueda descubrir alguna certeza sobre los misterios ocultos tras sus páginas. Aunque, por otro lado, hay quienes piensan que es mejor que el secreto permanezca íntegro, pues no se sabe muy bien lo que nos podríamos encontrar. ¿Estaremos dispuestos a conocer la verdad?
Bibliografía
Brumbaugh, R. S. (1978). The World’s Most Mysterious Manuscript. London
Corral, J. L. (2018). El códice voynich, el manuscrito más extraño del mundo. Historia National Geographic. https://historia.nationalgeographic.com.es/a/codice-voynich-manuscrito-mas-extrano-mundo_12344
Kennedy, G.; Churchill, R. (2004). The Voynich Manuscript. London, UK: Orion
Pelling, N. J. (2006). The Curse of the Voynich: The secret history of the world’s most mysterious manuscript. Compelling Press.
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