- Título: Creepy | Kuripi, itsuwari no rinjin
- Director: Kiyoshi Kurosawa
- Nota: ★★★★½ (sobre 5)
Luego de haber sido herido en el cumplimiento del deber el detective Takakura se muda a un nuevo vecindario junto a su esposa Yasuko. La pareja se presenta a los vecinos y conoce a un extraño individuo llamado Nishino.
Toda la primera parte del film nos muestra un clásico ejemplo de historia detectivesca; Takakura, ya retirado de la fuerza policial, se topa con un caso de personas desaparecidas e investiga, sigue pistas, entrevista testigos, al mismo tiempo que conversa con viejos colegas, vuelve cansado a casa, come con su mujer.
Es una vida promedio, normal, llena de pequeñas convenciones sociales. De a poco las piezas del rompecabezas comienzan a encajar –pero las coincidencias que nos depara la trama son demasiado asombrosas como para ser creíbles.
Un punto, sin embargo, salva a la película del fracaso y la eleva por encima del promedio de la cinematografía actual: en cierto momento el universo cotidiano que el director ha creado es deliberada y exitosamente destruido por una serie de chocantes revelaciones, imágenes poderosas y situaciones humanas que incluso nos recuerdan a “Blue Velvet” de David Lynch.
Lo grotesco, lo impensable, lo obsceno –así como así, salidos de la nada– se instauran en la estética del filme y reemplazan a las escenas de familias cenando y perros que corren por el parque.
La resolución, el momento final del film, nos brinda una excelente interpretación dramática de la protagonista femenina. Ampliamente recomendada.
Lo mejor: recomiendo prestar atención al personaje de Nishino.
Lo peor: las mencionadas coincidencias en la trama.